miércoles, 3 de septiembre de 2014

Allí donde llora el mundo (DesAmores) (2003)


cuando el poema sea cenizas, 
y no alcance la muerte
ni el recuerdo
y mucho menos el olvido
este instante no habrá existido nunca


Allí donde llora el mundo 
(des)amores 

Not Helen's wonder
Nor Paris stirs,
But the bright, untender
Hexameters.
And thus, all passion
Is nothing made
But a star to flash in
An Iliad.
Mad heart, you were wrong!
No love of yours,
But only what's sung
When love's over, endures

(Ni el milagro de Helena / ni de Paris los raptos, / sino el brillante, inflexible / hexámetro. / Así, de la pasión / sólo queda / la estrella que brilla en una / Ilíada. / ¡Oh loco corazón, te equivocabas! / Cuando el amor se esfuma, / no el tuyo, sino sólo el que es cantado / perdura.)

Humbert Wolfe
Trad. Julio Cortazar


ACASO UN PRÓLOGO
No he de explicar un poema, menos un libro...

Ella se despidió de la imagen de mis palabras, yo me despedí de la sombra de su imagen, antes que el ojo de dios la descubriese ensayando adioses también para mi sombra, que conjetura espejo a las estrellas.

En el eterno espacio donde el tiempo circular se expande, escribiendo las necesidades del alma, seguiremos suponiendo la conspiración universal de un beso, que mordió a la muerte, en una noche sin naufragios.

¿Esta historia de amor, inconclusa, infinita... sucedió? ¿ O simplemente son poemas?

Sólo se puede explicar aquello que de verdad se deja ver. La ilusión se asemeja a un universo, que sólo desde las puertas de la percepción (en el decir de William Blake) se atreven a mostrarnos las cosas como realmente son: infinitas; y para quien aún puede ver más allá: imágenes unidas al río de un pensamiento universal.

Las cosas suceden del único modo posible: inevitablemente.

Lo de más son instantes de ficción.

Adrián García Bassetti
Bolivar, 2001

I


se hunden mis ojos al abismo
de un instante
ajeno, a la mirada que me revela

nos confabula la antigua prisión del tiempo
soles de siempre, idénticos (imágenes
í gneas persistentes en los espejos)
y la rociada luna, ilusión de celebrados sueños
en secretos jardines de noches extensas,
donde el deseo desentierra en actos paganos,
jarras que vierten el sol
al borde de inquietas arenas
y el rocío
ve arder de la rosa sus pétalos

era nuestra ciudad eterna
un tango cristalizado de amarres azules
clamante del sagrado y excesivo silencio
que no habita el olvido

y un verso impaciente, el que no alcanza
a escribir el pretexto del amor
en tanto ocaso
te recuerda /pasión necesaria/
latiendo en el fervor de las calles
trepada a los gritos que anunciaban
la aurora
y una lagrima negra me fragmenta la mirada
en único testamento de tu belleza

II


Creí que eran tus playas
los necesarios labios del preciso amanecer
que reclamo,
que no habrían de herirme
de silencios y naufragios.
Creí que la luna acunaría en sus alas
el custodiado cauce de nuestros besos,
que no habría ayer frente al espejo,
ni calados silencios entre versos y palabras.
Creí infinito a nuestro instante,
creí que no cabría el olvido
en los derribos de mi alma,
pero el mundo te ha descubierto
innecesaria,
dolor sin latidos, absurda celebración
de mis tristezas,

...y se quedó a morir en ese invierno,
que nunca sucedió nuestro,
mi creencia.

III


un silencio de pie
en los incendiados muelles
del amor
un silencio de vino
de lágrimas hasta las cenizas
de los incendiados muelles
del amor
un silencio de sombras
a las orillas de un océano voraz
espera (cada huerto forja su invierno)
las olas la cúspide de las mareas
en la cicatriz del horizonte
donde ve la luna de sus sueños
su naufragio
adiós manchado de silencio
un silencio de pie
hasta las cenizas
en los incendiados muelles
del amor

IV


una mujer
ha sublevado mis sentidos
el mirar se me dispersa
entre horizontes de trenes sin mar
noches pródigas de luna
y días sedientos de amaneceres
esa mujer
desconoce las urgencias
del temblor de mi verso
presiento galopes de sueños
sin escenarios
mujer
te oscurece la distancia
los labios el vestido del deseo
te prestas al refugio de recuerdos
no sucedidos
y se mancha el amor exhausto
con tanto barro de sangre y tiempo
sangre que grita
que nos deja las penas en cenizas
y sin voz
mujer entre ansiedades y sin esperas
hemos de construir el fuego
que sembrará un incendio en el cielo
que ha de quemar los pedregales donde arderá
infinita nuestra calma

V


“ no sé sí lo que digo realmente nos hace falta” – Silvio Rodríguez

sólo nos protege el horizonte de nuestros sueños
y no puedo decirme que habitas distancias (las presiento
oscuridad de siglos) en este instante
mi existir está dispuesto a la agonía de tu recuerdo
que te sentencia
próxima
y no es alivio el alba (cuando la luna deja de ser signo
que arde)
eres el latir ahogado de mi pensamiento
en este desierto bordeado de horizonte
y sospecho la exaltación tibia de tu pelo
buscando las caricias estremecidas del viento
como en los espejos busco tus manos
y tus ojos
promesa de colores abiertos
inenarrables a mi mirada
son inmensidad que desconozco
pero imagino luz
traspasando montañas y mares
surgiendo hasta el abismo
donde celebro
el temblor que me sucede
ante el cierto silencio de tu mirada
y mis ojos
que aprendieron a mirar lo que no es
solos
sin sol
(en la tierra de la ausencia)
te buscan por los cielos de la nada
conciben ángeles y dioses sin naufragios
te inventan una sonrisa
(cómo serán tus labios de madrugada?)
que se clave feroz igual a un ebrio puñal
en el centro de esta pampa de asfalto
sin horizonte
y que el caudal de su sangre funde
amaneceres nuevos que nos aguarden

VI


no alcanza
en este instante mi razón el verso exacto
la tentación del beso se erige poema
abordante de tus labios
y mis palabras caricias a tu mirada
el rastro de tu piel
me lleva a la casa del horizonte
pero se va el verso
el poema muere lentamente
y es naufragio esta melancolía
he descubierto en un instante
que la belleza dicotomía divina
nace y muere
también al descubrir que ese instante
es la belleza

VII


hoy que hemos agotado los nombres
la distancia sucede roto fractal de espejos
nuestras manos (al menos las insurgentes manos mías)
ocuparon forma de alas
para equilibrar el eclipse de este vuelo
resisto y es conocido ensueño el desencanto
la tristeza al revés no tiene otra cara
sabido es que los espejos callan
y suspendo en sueños insomnes
a este corazón sin armadura
que con alforzas de magias destronadas
le exilian de reinos de existencias
y es un despropósito tanto amanecer
destinado

VIII


“ si me quisieras cuanto querría” - Silvio Rodríguez

anoche no acudió a mí el descanso
se hizo aire mi mirada
se extraviaron mis ojos rastreando memorias
ilusiones de una imagen sabia de mi igual
secretos suspiros del alma negado a historiadores
ayer me fue un arduo peligro la vigilia
el insomnio no me comprende sin ti
y el sueño barca encallada por las latitudes
del beso
busca en distancias que hay
el hoy
el rocío de los valles que me prodigas
la celebración de silentes instantes
los espejos
donde se destronan las sombras y las heridas
la arena posible del soñar
y el cantar urgente de tus playas
que anuncian en cada ola
la trama sublevada en espumas
de estrellas marinas designio de auroras
y todo el ardor de tu latente rosa
que nos extingue islas
y celebro y canto fiebre de ángeles
por nuestro amor abrigado en lejanías
Pero ¡ay!
hay tanto silencio de océano que nos abandona
que nos empuja hasta las rocas
sin renacimientos
nos despedaza sin respeto sin razón
sin asequibles desquites
la marea
y hay tanto corazón ahogado de palabras
que el abismo de esta distancia se lleva mis alas
me deja sin cielo
me desconcierta la utopía
y me trae las manos que se estremecen
raíces enredadas de viento

IX


“ solo sé que por causa o destino,
ya no estás a mi lado” – Silvio Rodríguez

este caimán en mis entrañas
voraz devora el río de mis anhelos
todos los espacios y tiempos
donde se nos demuestra el sol
y el latido de mis desatados versos
y la inquietud de la distancia ardiente

espejismo de espejos que no nos miran
tu ausencia
no acompaña mi amplia soledad
y no nos amarra el instante
no se detiene el mundo

sucedo al extrañarte
pretendo que en mi mirar no seas ausencia
que nuestros ojos confronten ansias y sombras
matando a la muerte que nos discrimina

un solo verso más
y no sabré que hacer con la poesía
me presagia abismos de singladuras
un paraíso desconcertado
imposible sueño que desespera
a un paso mas allá de las manos
que no nos hablan
y se estremecen
callando rocíos y espumas que persisten
sobre nuestras cruces
al límite de la realidad que nos expulsa
a una inquietante latitud de orientes

hoy la certeza
no te quiere recuerdo
es demasiado dolor saberte
lejos de la travesura del beso
de mi nombre
de mis caricias que se apartan de mis manos
y no te encuentran

qué silencio engañó palabras?
dónde voló el eco del cuerpo?

escondiste tus alas
yo no descubrí las mías
imprudente olvidé verte ángel

que confusión de tristezas

y nos quedamos islas
entre la sangre de los espejos
en un laberinto sin hilos dorados
donde hoy en nuestros infiernos
sucedemos minotauros

X


fuera de mí tanta soledad
en mí
la soledad

suma de silencios excluyentes
me espantan
entre conjuros y miserias

y espantar deseo el oxidado hierro
de mis manos
de mis ojos aislados de mis miradas

crujen mis caricias frente al amor
desafinan los besos (esto es extraño,
se sabe de la humedad de los labios)
y habiendo ausencia de serpientes adeptas
temo saber (carecen de razón los sentires)
cuando los sueños dejaron de ser
y renunciaron
señales y signos de la alegría

alguna vez entré mi corazón
a una armadura (temblores que me nacieron
fallaron esta muerte)
las lagrimas se regaron raíces
y la armadura creció
creció hiedra en mi cuerpo
no cedió a entrar ni salir mis almas
y en una coraza estoy
condenado

XI


si te olvido
absurda derrota del deseo
dejarán de llevar tu nombre
los abismos
y los labios admitirán latir de frío
descubriremos la muerte
del destello
la ceniza de los sueños
entre nuestras sabanas
y un olor transparente
sutil
abandonará el encontrase con el viento
si te olvido
aceptaré que aquel dolor
no era una exaltación
del amor
acaso propósito de la existencia
y si una sublime corona
de los dioses
por tanta vida designada
si te olvido
no se llenará de tu precisa imagen
la noche
han de regresar los siglos
el silencio y sus secretos
dejaran de ser cortejos de mi alma
y mi soledad se entenderá
enterrará
a solas
conmigo

XII


en esta desgranada playa de silencios
de despropósitos
soledad en que te pienso
hay una claridad que se refugia
esperando
le autoricemos a ser
amanecer
arena de nuestro tiempo
cáliz del mundo
lo que ella quiera
ella sabe siempre
que en el límite de nuestras manos
/por que somos alfareros/
se encuentra acallando espejos
nuestro amor

XIII


Hace una hora he muerto.
Mi voz sucederá río de silencios,
Y las palabras enredándose
en un jardín de relojes desgarrados,
han perdido su eco
y lo que fui no puede más,
me han ganado la batalla los espejos.
Y no me atañen los sueños,
el amor, ni la poesía.
Ella me dejó su ausencia, nos hemos herido
el amanecer que nos destinábamos,
los muelles de nuestros instantes
y la celebración de aquellos sueños de estrellas
soñando ser constelaciones.
Y lo que fue alguna vez
un corazón,
se deshace en chispas muertas
con cada lágrima
seca
que cae.
Ya no me importa la vida.
Le entrego a Dios al Diablo
o a quien corresponda los restos
de mi alma.
Que puede desear un muerto...
Si su ausencia es un dolor definitivo
sí la eternidad del alma
es cierta
la convido... no quiero este dolor eternamente.

XIV


no hay silencios para los amantes
el tiempo no detiene
presencias
urgencias que se suspenden
de agujas gélidas
entretanto el teatro del amor
ofrece su único acto
adioses
siempre hay una mujer
dispuesta a ser ausencias
y siempre
incluyo mi alma bajo la sentencia de un olvido
una repetida ceremonia de lejanías
un desierto creciendo a cada verso
y una muerte cansada que me espera
que no llega
ahora que nada es presente y todo
es urgente

XV


Hay una inmensidad vacía
Que nos quebranta el nombre
Y la acariciada tarde del encuentro
La muerte que construyo
Me exige dos actos
La marea de tus labios rojos
Y el ventanal de la espera
Donde me duele el llanto
Acaso a los amantes
Destinados a los abismos
De los sangrados silencios
Le exigen del naufragio de quemar los besos
Que el amor sea cenizas sin alas
Llanto seco sobre la tierra
Traición a la belleza herida
En esta tarde
De lágrima infinita en que trazo tú aroma
es decir tus labios beso con beso
aire para respirarnos
sabor de piel y distancias
silencios de lagos fríos
palabras que hunden su voz
hasta remar las orillas
y yo acostumbrado a morir
en una torre de cristal donde nadie muere
pienso
y pienso
pienso en ti

XVI

llegaremos de huellas alzadas
distintos al tiempo
que trepado a ríos y nieves, cataratas y montañas
se empeña en desvanecer recuerdos
y ese modo de extrañarnos
sin exiliar al olvido los instantes
donde continúa nuestra mirada
negadora de ríos y montañas
cataratas y nieves
sólo porque nos faltó el inicial par de ojos
con alas
que nos acompañara
para existir todos los espacios
por donde pisamos sin huellas
y anduvimos sin sombras
llegando desde el silencio
un poco más viejos
antiguos en años y de siglos
llegaremos
sólo falta saber si nos estamos esperando

XVII

en la pupila de los días
atrapado en besos ausentes
y caricias no sucedidas
extraño el llanto inasible
que deja huellas emergidas

los ojos
se aprietan junto a lo mirado
temen descubrir las señales
del mundo
y aceptar que las alas
conquistadas
son sólo sueño empeñado

tomemos el riesgo
que renuncie la distancia,
antes que no sepamos vivir
con tanto olvido

XVIII

y junto papeles y palabras
como si pudiese residir tu alma
en mis versos
no es morada tuya este universo
no sucedes en el poema
ni en la geografía plana y quieta
de la hoja
es toda tuya la ausencia que inunda el viento
toda la sangre de la distancia
y es mío todo este silencio del recuerdo
conque muerdo la garganta del tiempo

XIX

y sí acaso mi renuncia
a tus besos
sea salvar al amor
te libero de mí
amor
para que lo sentido
sea un eterno capullo
de amaneceres

XX

hoy la madrugada reveló lo encontrado
una niña y un niño
crucificados
en el centro de una lágrima infinita
se habían robado uno a otro
la alegría
hasta la vigilia del día oscuro

y yo aún persigo llantos

XXI

mediador del universo
y mis sentidos
mi insomnio ocupa todos los relojes
me ofrenda el arcano de imposibles búsquedas
tres o cuatro verbos sustantivos
palabras remanentes de un sueño anterior
invocaciones cifradas de leyendas propias
para emprender un presente poema
y sólo tropiezo con versos pasados
pesados de olores rancios
recuerdos de colores extintos apagados y mustios
que no logran impedir que mi mirada
suceda
prendida al alma de la muerte
tantos acasos y ocasos
de imperfectas palabras
del silencio de mis labios que no alcanzan
tu beso
de no sorprender las esmeraldas de tu mirada
expulsando relojes
hasta amaneceres sin olvidos
me persiguen
señalando preguntas
sobre si el tiempo ha de regresar
un siglo u otro a ser aliado
y yo
en la demora de la distancia
deje de pensar como ahora
pienso en ti
con la prisa de la cercanía
para que mis palabras dejen de ser aire
y desplieguen este clamor
de amor por ti

XXII

esta soledad de luna herida
esta asechanza del silencio
tanta acechanza de sangre que fluye río
esta muerte de minotauro
este cantar después del olvido
no han de impedir que pese a temblar bajo el sol
me descubra pensando en ti

XXIII

si es necesario que nos suceda
el olvido /tránsito desértico hacia la distancia/
si surge necesario dejar de creer
en la conspiración del universo
designios de ángeles
celebraciones
exorcizando tristezas
debería aceptar
cierto que la huella de esta herida
es ceniza de la memoria
antes del último latido oscuro
de mis versos
y aunque nadie alcanza el sacrificio de su esencia
sin asesinar su signo antes
habré de aceptar que nunca supe
cuanto presenta el ser al andarse por el mundo

cuando conmigo mueran el tiempo y los relojes
entonces negaré los besos dados

XXIV

me llamas ausencia
pero no se partir sin proscribir mis palabras
menos mis versos de tu mirada preciosa
se aparta en desiertos
que te conciben imagen prometida al alma
me reclamas el abandono de la obra
de los instantes
donde el mundo pacta condiciones nuestras
y sucede alivio de tenaz resistencia
en el universal divino
pero si aún así con mi amor y todo
me pides destino de silencio
olvido distancias sombra por los espejos
habré dejado de soñar y será la ilusión amarradero
viento cómplice en la lluvia
que besará tu mirada hasta el incendio
de la memoria
y sin estar
certeza ineludible
habitaré cada rincón del descuido
descaminare nombre y huellas
no recordaras saber que el alma
nos palpitó en los labios
y entonces será necesario el inicio
en la exégesis de los espejos
aceptar que todo se convierte en su opuesto
y que nos suceda el adiós
pronto será el montaje de su escenario
mientras aún existan relojes
mañana puede que nos sea tarde
y no puédamos olvidarnos jamás

XXV

no alcanzan los versos
se me muere leve tu palabra
de distancias
en desiertos absurdos
y naufrago
en mis letras voraces de nada
y me eclipso en crepusculares portales
del instante buscando las sombras
de un tiempo que no hay
nuestro yo plural no presume
no se permite ayeres por las arenas del alma
y en este eco del instante que se repite
que se muere sin silencio
y de silencios
que no lo retiene el arte ni la vida
nada nos queda
continuamos la muerte condenados
y no alcanza este poema
a descifrarme tanta muerte
se han descuidado la memoria mis labios
y no sé cantar cuanto te amo

XXVI

no puede ser por siempre
esta tristeza
sin embargo esta somnolienta soledad
es infinita
no sé si tu ausencia me ajusticia
o mi carente sombra
me sentencia

en los espejos un rostro vacío
ó mi mirada encontró su cansancio
y los ojos mudaron con el viento
una lágrima a destiempo
me surca el alma y la latiente imagen
se deshace en nocturnos reflejos
de un papel claro que arde

intuyo designaciones de cenizas
para mis versos

no quiero un poema más que te recuerde
voy a matar en esta noche mi memoria
mañana va a morir conmigo tu distancia

XXVII

quizá sugiera más silencios
que palabras
por tus labios sin auroras
sin descubierta sonrisa
por tus ojos sumergidos en la distancia
a mi mirada
por tu voz desapacible y pasada
estoy perdido
me extravío en esta pesadilla sin sueños
por este dolor esta ausencia
que se repite esta tristeza
por la espera
de este naufragio sin rescate
por la certeza del eclipse de tu regreso
estoy perdido
no se puede volver donde nunca se ha estado

XXVIII

me apuran la noche
y las piedras nuevas de los caminos cansados
y no sé que hacer con tu recuerdo

no sé que oscuros designios
son el faro hasta la patria de tu mirada
hasta el umbral de tus palabras silentes
hasta el abismo de tu aurora
donde mi mirada naufraga mis ojos
y mi palabra tiembla de frío

desconozco las razones del azar y sus prodigios
que me abrieran al eco de los inviernos
en que en noches de instantes
conjurados
nos permitimos aceptarles
como refugio a nuestras almas

hoy crece rosa herida lo incierto
de otro inefable rostro del misterio
donde no hay sentencias amantes

y gritan eclipses las encrucijadas
y no distingo entre lo seguro y lo cierto

XXIX

en este instante el mundo
me importa lo mismo que mi muerte
nada
la oscuridad que no admite mi ausencia
me reclama presencias
y aunque ella y yo sabemos
que el tiempo
es excusa de imprudentes mortales
aún escribo en el cielo mis olvidos
sucede que de tanto morir
los amaneceres me desangran en palabras

XXX

ayer descifrábamos artificios
para burlar al destino
y hoy en el centro de esta noche
sin saber si la tormenta sucede
en las calles
o en mis ojos donde no muere
el aliento de mis miradas
me pregunto si es posible
que tanta lluvia intente llenar el aire
y no hay ningún lugar para el recuerdo
sucedemos sólo arena en los relojes
de lo eterno
y no hay conspiración
ni universo
sólo copas rotas
esparcidas sobre el empedrado del cielo
cenizas que se lleva la lluvia
palabras ahogadas
en el corazón de las veredas
y ya no me muere esta tristeza
ni la soledad del olvido
hoy he descubierto la existencia
de infinitas certezas amantes
pero ya era tarde
es tarde
y siempre
siempre nos será tarde

XXXI

improvisado eclipse de relojes
es este amargo río de frío en la sangre
que arriba desde un indefinido infierno

se engarza en esta incierta tarde
donde tu ausencia
es atributo que custodia
mi melancolía
y un alcohólico reloj
ronda sin morir sobre sus huellas
y nos las reconoce
deja caer su queja a cada hora
carece de memoria el tiempo
y no hay libertad
para las diminutas saetas
ni a los ojos
que han extraviado su mirada

alguien ensaya desconocer el canto
de las aves rojas de la aurora
y no hay soledad más alta que la sangre gélida
cuando no logro confiarle al universo
este amor en el que creo
por tus signos

XXXII

sí tan sólo una vez más
cediera al amanecer
la última y dulce flor de la noche
el sol (o Dios, da lo mismo)
no dudaría
en concedernos la aventura
de acompañar nuestros ojos
en busca de las miradas
conque a cada instante
le buscamos
la raíz de su luz
su aurora
antes que un eclipse de espíritus
nos ahogue con tanta lágrima de luna

XXXIII

reitera el cielo lluvias abismadas en mares
de ensueños sin sueños

está tan despoblada mi memoria
no recuerdo si fue ayer cuando tus manos
escribían en el aire los abrazos
que nos dejamos de dar esta mañana

y yo iniciando mis ojos
en la búsqueda de mis miradas

XXXIV

no me desconozco en el destino de tus manos
me pronuncio a favor de amarrarme en tus sueños
de desnudas almas en habitaciones del cielo
y amantes sobre las ruinas de la muerte
se nos revelará otra dimensión que nos convoca
a encender la hoguera del transitorio instante
por sobre la lentitud de mis versos
continuas cenizas de los sucesos

me reclamas trocar mis palabras en besos
y regresarme animal afectivo
abandonar traspapelarme en amaneceres inciertos
pero no puede dejar mi decir de ser
palabras
mi aire mi lengua los latidos de mi mirar
se han vuelto palabras
por los papeles del mundo y no saben
dejar de ser invierno sin exaltar tribulaciones
y esta eterna ilusión
quedarme menos lejos de tu cuerpo
que las caricias aborden miradas
y mis palabras
se vacíen de designios figurados
de la distancia
tan cierta
donde asumo la pequeñez de mis manos
que no descubren las tuyas
y se trepan al aire alterando destino de alas
pero tu cuerpo es abismo
margen más tangible que este cielo
y este deseo
donde no alcanzo escribir lo que mis manos
te eligen
no sobre el desierto invernal de las hojas
y sí en la cubierta corporal de tus latidos


XXXV

no te concedo labores
y no he de transitar tu travesía
abrasaré voluntades nuestras
las que no abandonan las que descubriré
las concebidas necesarias
para amarnos sangre de almas

será mi corazón casa de tus desolaciones
incendio para todos tus olvidos
y al amanecer en tus desiertas noches
seré sombra de tus deslucidos pasos
hasta fundarle huellas nuevas a la primavera
y a tus desesperanzas (allí donde llora el mundo)

habré de romper todos los espejos
para alimentar de nuevo magma las clepsidras
e inundar cada segundo de instantes propicios
y con materia de los asombros construir el universo
el cierto el que haga falta
el preciso

y me arrojaré a dormir
en los silencios
del adiós

XXXVI


“ Soy el intervalo entre lo que soy y lo que no soy,
entre el sueño y lo que la vida ha hecho de mí,” - Fernando Pesoa

nos falta compartir silencios
destinos del sol
ocurrencias de las estrellas
deseos de la luna
mesas de bares y voces
palpables distancias
y no absurdas lejanías
donde se nos mueran las manos

nos faltan las noches
que nos reconozcan las calles
los más diversos horizontes
el infinito suceder de los ojos
las miradas sobre nuestros labios
y sonreír cansados al amanecer
por descubrirnos el alma
que también se encuentra en esos labios

nos falta conocernos la piel
crearnos necesarios
construir nuestras presencias

te reconociste una noche en mis palabras
y descubrimos al universo alma nuestra
envolviéndonos el cuerpo
pero continuamos sucediendo en el descuido
de no coincidir en la ilusión del tiempo
y esta compilación de carencias
es transitorio pacto
un abismo que nos mira
abrazar en este ensayo lo faltado:
ser pausa entre lo que no somos y somos
instantes
entre la existencia y la perfección fugaz
de los sueños

XXXVII

no existe el tiempo fuera de mí
pero para que me olvides
antes he de olvidarme yo

XXXVIII

en los límites de la soledad
late el olvido
la cama vacía
estando
su ser es una ausencia
y aunque procure disimularse el sol
en esta aurora incorregible
no hay prorrogas
para la noche
de ayer
ella estando es una ausencia
un beso en el que creo y
no sucede
una caricia que se imagina
esperando
sombras que esperaban
y yo estoy tan solo en el murmullo
de esta muerte
que su ser es una ausencia

XXXIXL

cuando el poema sea cenizas,
y no alcance la muerte
ni el recuerdo
y mucho menos el olvido
este instante no habrá existido nunca
del mismo modo
que ella
excusa de mi melancolía traición
construida desde el sueño
por refutar lo tangible de este amor
inevitable.

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