ARENAS ETERNALES
Poemas
por Adrián García Bassetti
En nombre del Arte.
En nombre de la Belleza.
En nombre de la Verdad.
En nombre del Orden.
En nombre de la Ley.
En nombre de la Bondad.
En nombre del Deber...
Palabras, palabras.
ARENAS ETERNALES
ARENAS ETERNALES
1
Este encierro sin ruedo
donde el toro es la palabra
crean en mi yo al matador
al grito de la multitud,
el todo, la herida, la vida
y la muerte de mirar la sed
2
mis ojos piel silente de estrellas
náufragos en ese abismo
donde la sed
es una copa de lágrimas secas
surcan desiertos salinos trepan
huellas de Ícaro
que se incendian eternas
en el abandonado refugio de nuestro
laberinto
amarte fue este silencio
esta tristeza
donde encalló el naciente luto:
cenizas cantantes en la savia del viento
3
y ayer sólo éramos bufones
de nuestra propia existencia
hoy somos los dueños
del aplauso
4
extraño a los amigos
de palabras y latidos y miradas infinitas
mientras fundábamos horizontes
sueños universales
que habrían de nacernos islas
alas y lejanías de otros horizontes
donde hoy sólo somos ecos
extraño a los amigos
hasta cargarlos en el recuerdo
iguales al che o a una urna griega
imágenes
de un instante de belleza
eternos
con los que dialoga mi nostalgia
y con los que ríe este extrañarles
en el final del mundo beberemos nuestro llanto
5
el espejo espera
la risa o el llanto del sendero
un último esfuerzo del viento
el diccionario del cielo
no hay guías ni planos
la misma encrucijada es divina
de Caín es el eco del ojo
crucificado al naufragio
la huella llama y el paso anclado
al instante del vértigo que pasó
cuenta en clepsidras digitales
escaramujos donde duerme en la distancia
otra eternidad sin ti
6
Te escribo en el silencio
Entre las armas de la noche
Y los escudos del día
Justo antes de volverme loco
Por tus manos de colores infinitos
Por tus ojos de cielo
Donde las esmeraldas son explicación
De rescates infernales de cielos idénticos
Te escribo sin avales ni pretensiones
Sólo somos el eco de lo soñado
Siembra de la espera del universo
Eternidad latente
Lactante de aire y fuegos que nos dictan
Huellas estelares
Verdades donde el instante nos reclama
Aprendices de lo cierto y vampiros de lo incierto
Ojos exiliados de la pecera
7
A Luciana que me amanece el sentido de creer
te escribo
siento
enmarañados silencios
clamantes
de presencias rasgando
ausencias
soñarte no alcanza
solían ser tan altos
los abismos
cielos de océanos conjurados
donde reptar entre cosmogonías
era designio
de estelares pactos divinos
hoy te escribo desde el altar
del latido
instante desprovisto de tiempos
donde este poema
es
encrucijada de eternidad
chispa primordial del beso
8
Dónde van los sueños olvidados? Quién los atrapa hasta hacerlos suyos? Quién come de nuestras migajas? Quién confunde con estrellas los meteoritos del alma esparcida en mil amores inconclusos? Los recolectores de nuestras miserias creerán con sus mediocres sueños alcanzar el cielo? Qué hay detrás del silencio de las sombras? Qué se esconde detrás de la luz? Ese universo en ruinas es acaso un desierto amaneciendo? Y ese desierto es un universo anochecido? Quién dicta los pasos de los demorados en la nada? Acaso sus espejos son ciegos? Sus barcos hace siglos dejaron de soñarse mares? Se olvidaron que la belleza es la única verdad? No lo supieron nunca? Cuándo dejaron de importarnos los mendigos del amor? Los muertos de nuestra felicidad podrán saber lo que sabía Dios mientras el verso estallaba en el horizonte naciendo soles? Los laberintos acaso se conjuraron por develarnos sus secretos, mientras la noche del mundo estallaba las sombras que no podían ser camino? Qué extraño vicio de la existencia nos llevó a despertar las pesadillas que se morían de miedo? Cómo fue que las mareas se llevaron el último vestigio del eco hambriento de los delfines? Qué oscuro relojero llenó de arenas sedientas el tiempo del hombre? Cuándo fue que llegué hasta el abrazo de tu mirada justo antes que el futuro fuese ayer? Cómo es posible develar lo imposible, si sólo tus ojos de gloria saben que este Amor surgido en la voz del aire y el fuego, es destino y designio divino? Cómo es que ayer se dejó llevar hasta otro tiempo? Y dejaron de ser raíz las cicatrices.
9
esta hoguera mineral
nacida del abismo en los dioses
es presagio de flores oceánicas
estallido del tiempo
derramándose en relojes
nuestros latidos
exacta hambre de mi sed
rocío de la mar que me prodigas
cuando Dalí creyó pintar el tiempo
sólo escribió nuestros orgasmos eternos
en la persistente memoria de Dios
mujer que me has de beber
10
te inventé y ya existías
tuve que soñarte
para despertar
y descubrirte
en mi mirada
antes
justo antes de inventarte
mirándome
11
esta predilección por los abismos
habrá de terminar
preciso es cruzar océanos de arenas
escribir con la alzada mano negra roja en el aire
la libertad de la sangre sembrada
y extraer del llanto las ventanas
los abismos habrán cedido persecuciones
los naufragios no serán creencia disipada
y el eco del manto de los días por venir
develaran la trama secreta de la lluvia
en los jardines del aire
un instante un sol otro horizonte
las redes que hilamos en las tardes grises
este puerto esta barca
la sed de los mares
este infinito silencio que se ha puesto a cantar
12
en la agitada respiración del verso
tus ojos van naciendo este poema
hay una huella que despierta
un camino puesto a caminar
13
las despedidas
son muelle de la muerte
nos enredamos
en lejanías
pero las pausas
son trampas aprendidas
de la misma eternidad
ahí te esperan mis latidos
antes del ultimo beso
después del final
14
el espejo que te muestro
huida del bufón
atrapado en la imagen
sombra del sueño
perseguidor de la luz
eco que si sale del centro
sabe perderse en la nada
15
un incendio de almas en el cielo
sedujo la rebeldía al llanto
rodó la luna de su cetro
se desarmó la galaxia
los potros estelares salvajes alados
persiguieron halcones y dragones
hasta desterrar de la corona del instante
todas las sombras con tu risa
eco pintante de estrellas germinales
16
les perdono el abuso
de palabras hastiadas
en sus poemas sin parpadeos
les perdono dos puntos
los signos ciegos suspensivos
las señales cruzadas de veredas
los significantes sin predicado
lo que no les perdono es el silencio
de mi mente el relámpago apagado
en mis sentires sin otra opción de lectura
hasta les perdono ofensas destinadas
alternado honor de mirarles de otro modo
no reconocería obvias realidades
por eso les perdono la envidia
y les perdono el agravio que consumen
la gracia de no tener gracia y los indulto
hasta por el intento de acallarme
verdad era mente no invitada a mi realidad
sólo bebo champagne en espacios secretos del universo
y más allá de presentaciones con espejos vacíos adornados
me cansan mascarones sin carnavales ni cortejos
y aquelarres adulterados
a cierta mayoría de escritores
habría que condenarles el esfuerzo
exagerados en clamores y recordarles
que sólo había que esperar la eternidad,
sin lejanías habitantes
17
Los espejos por miles
Siglos de reflejos acunados
Derramándose en el centro de la manzana
Devorando el magma vegetal
Del ojo voraz de raíces
Ensayo de desamores
Sombras de un latido bufonesco
En el universo
Donde este anzuelo de estrellas
Nos desagua del infierno estelar
Caemos en la trampa de la mitología
Somos el infinito cuadro
Donde se mira Dios
Por miles
Desde el génesis de los siglos
18
el equilibrista llora su huella alada
no hay red sólo corales
el océano es voraz y es espejo
es aire justicia de labios ebrios
las copas rotas
exprimidas
derraman su sed
por los limites del cosmos
y cae
la máscara de dios
la oscuridad sucede cicatriz
explicación extranjera del paso
el horizonte es epitafio del instante
el equilibrista marca sus cartas
imposible sería no caer
pero los días
no se quedan
19
buscaba tus labios en el aire
encendía las cenizas de las nubes
al llover eran eco de escaramujos
el cielo caía hasta la mar
buscando en el rocío otro eco de tus besos
qué tienes dios?
de qué sonido estelar eres dueña?
haces de la distancia una gota más
de rocío sin el llanto final de los cisnes
20
Amarte es trama divina
Humanidad ensayando
Entre dos chispas primordiales
Eres el exacto punto del vértice
Del péndulo
Donde el universo aventura su destino
Eres exceso de sentires
Pausa de eternidad
En el espejo de las clepsidras
Derramada gota libertaria
Fluyendo en el aire hasta el cielo
Amarte es irreconciliable desdén
Por lo mediato
Eres abismo y alas
Subterráneo de latires ciertos
Plaza roja donde un silencio sucede grito
Clamor de ajedrez y horizontes
Eco donde el nombre de Dios se desprotege
De las piedras que desnudan su raíz de arenas
Del fuego que anida su cresta en la ola del gallo
Eres el signo donde la marea encuentra su río oceánico
Eres el llanto del pez mordedor de arenas
Barco anclado en el infierno del mirar
Amanecer de la noche y sus eclipses
Un beso que nos falta dar
El infinito cauce de las estrellas
Canto rodado en la sombra oscura del sol
Silencio que al nombrarte
Se crea
Eres del amor letra invisible
Signo que nos has de parir
21
es aritmética la idea
arquetipo
platón en vigilia y sueño acorde
de abstracción fotográfica
la rosa en su ser
esencia
sin metafísica y sus ecos
igual es
eternidad
acto del universo
22
Génesis
en el inicio fue el beso
la luz arribó luego
de la oscuridad
fue la metódica estrategia
de la idea
la sed en los labios
la húmeda red de las manos
el volcán en cada poro
los colmillos de la mirada
y la exaltación hasta el embrujo
de los sexos
alquimista celebración divina
de ríos y mares
estallido de olas cubriendo el cielo
quitando de las sombras mascaras y temores
y dios al borde del delirio
creó la luz
23
En medio de silentes respuestas, te busque entre palabras.
Por sobre imágenes que tropiezan en el desmedido barro del instante.
Eres la espuma rabiosa de las olas
Sangre de puentes amarillos
Derramando naufragios entre eclipses y horizontes
Cuando nos invaden mares que no ven
Y es tanta lluvia este fulgor
Que las estrellas cansadas persiguen cenizas
Hermanas constelaciones de ángeles
Caídos
Eres procreación de eternidades
Luz cicatrizando el abismo de mis llagas
Al borde de un instante de ausencias
Las arenas del reloj arrojan dagas
A la montaña herida de silencios
Cuando callas tu mirada es blanca
Cuando me estallan las nubes
El sol abre sus ojos de mañana
Eres la marea donde encalla este sueño
Viento llegando desde lo imposible
24
un enjambre de latidos las palabras
incendio de nubes en cenizas
huellas del aire al borde del camino
respiración de los pasos
horizonte surcando eclipses de utopías
25
buscamos instantes
desesperadas mareas de eternidad
eclipsadas de tiempo
somos el latido de Dios
galope sideral azul orgasmo
respiración del cosmos
huellas del aire en la arena
trama de un sueño que nos mira
mirándonos
amantes creadores
del universo
26
el silencio de las cosas
la tiniebla eco en los espejos
esta sombra de luz sin fuga
este río de cenizas cruzando rayo
la sed de los desiertos
donde la arena se muere de tiempo
en esta primavera invernal
al borde de un te quiero vacío
derramándose en la noche
como el letargo de un barco anclado
al vicio de los naufragios
en este instante
donde todos los silencios acuden
en cortejo sin luto a este muerto carnaval
sin saber cuando
nos arrancamos la piel de las máscaras
27
nada queda
todo es
cenizas pausa de estrellas
aire adormecido
mareas sin memoria
playas naufragadas
horizontes sumergidos
este abismo sabe
mi nombre
lo repite igual a un eco
por laberintos de sombras
y catedrales de latidos
inconclusos
donde clama la alborada
un nuevo día
pero el abismo crece
cerro de altas luces ciegas
donde posa la rosa incendiada
su ultimo suspiro
ay sueño que nos has de nacer
28
En el abismo de esta soledad sin dagas
Lluvias frecuentes a naufragios afines
El alma parpadea en cada acto del instante
La huella de la eternidad en los ecos del viento
Todo sucede en el fluir de una mirada
En el río de un latido persiguiendo mareas
Las cenizas se reproducen como un virus
La sangre de constelaciones derramadas no son dios
Ese espiral de tiempo histórico no es la naturaleza
Ni la arena acumulada en desiertos es más tiempo
Todo sucede en un instante y no alcanza lo que es
En el abismo de esta soledad infinita
Sólo hay espacio para seguir cayendo
Cuando caiga la ultima luna sobre el tejado de los días
La humanidad habrá comenzado a sembrar su exilio
29
el invierno se dejó ver
sin reparos
a la salida de un instante
en esa esquina donde crece el mapa
de los sueños
donde la frágil voz del horizonte
siempre llueve
como recuerdo del año anterior
y recurriendo a lo pactado
volvió a llover
seriamente
esperando irse como vino
improvisando
huellas de ríos en la mirada
de todas las casas
seduciendo zapatos marinos
y cazadores de sirenas
no me sorprendería que mañana
una gota de rocío me reclame
no haberle incluido en el poema
30
hoy rompí el laberinto
de los espejos
no existo
soy
eterno
igual al sueño de dios
mi beso
en la copa del grial
universo de serpientes
aladas otra vez
sembrando en el infierno
la incertidumbre de un cielo
soy
naufragando en los latidos del aire
fuego sobre cenizas cósmicas
la conciente iconografía de un relato
el narrador ausente
la poesía
31
tangozando
zando te veo
zando me miras
tus ojos laten sobre el barro
y el cielo
se lustra bajo un dominó de luces
estás
gesta de danzas
arrabal de fuelles malditos
latidos de baldosas sedientas
un abrazo a tu cintura
estalla cosmogonías
y el paso enredado
que te sigue
te persigue
sueño
mujer pegada a mis huellas
si te cantan mis pupilas
si la noche se hace fango de soles
será por ese bandoneón
que en tus manos es
amanecer y simetría
el universo nació en coral de tango
gozando esta danza
entre tus piernas cósmicas y aladas
abiertas al proverbial sueño de la espuma
cuando entre mares de playas y primaveras
supo dios que hacer con esta sinfonía
tan gozando que se muestran nuestras almas
tan gozando que dios nos mira
32
murió el whisky
y junto con su última sed
murió la palabra
la copa estalló contra la pared
en mil estrellas
cada gota fría de luz
fue incendio del hambre
con que te llamé desde el infierno
de mis desangrados latidos
cayendo llanto
sobre el instante
33
yo que apuesto el alma
en cada encrucijada
que conjugo con demonios y ángeles
la eternidad sin muerte de la existencia
yo luz oscura de dios
sublevación de latidos siderales
arena de la sangre en cada huella
te amé
te amé hasta romper la sed
cosmogónico recuerdo de la espera
retrasando los ojos del tiempo
ancla de naufragio en desiertos
te amé aurora de cruces
hambre de leones
triste instante sin planes
arte de cenizas ahogadas de sol
amarte fue este anden vacío
sombra de mis errores
te amé hasta el calor del frío
adorando el altar
hoy
de tu recuerdo
belleza donde mueren las mentiras
34
me pasa que hay días a los que llego tarde
por la puerta trasera de los amaneceres
y los encuentro anochecidos
días casi siempre vestidos de oscuridad
desestrellados
ríos submarinos
donde la luz sorprende el mirar de los peces
yo en esos días no me encuentro
la casa me parece un refugio extraño
no son míos los libros los discos
la guitarra donde escribo
o era un piano?
las puertas de las ventanas eclipsan
el paso del tiempo
las calles me caminan y las esquinas
suceden laberintos
me busco a los bordes del universo
en el centro
de la mira telescópica del poema
y no estoy
salgo pregunto me espanto
la palabra dispara
enciendo otro instante
me miro
volviéndome ciego
viendo mirarme
mirando mi ausencia
y el horizonte que tampoco está
y soy otro cuerpo
otra alma
35
este cuerpo del que conozco su mitología
sus arcanos tesoros de eternidad e instantes
este cuerpo al que le escribo el guión de los sueños
sus heridas de sal y cada logrado amanecer
este cuerpo con que aprendo a ver otra vez el mundo
creador de redes mareas de tiempos compartidos
este cuerpo signo determinativo de huellas
singladura en el plan universal
este cuerpo aprendiz de realidades
me descubre el tacto de respiraciones estelares
la sed de la palabra la lengua de las copas
en la divina sinfonía hierática del aire
36
ojalá tu olvido no tenga memoria
que tus sueños no tengan insomnio
ojalá tu mirada no sepa ver el llanto
del espejo
ojalá que tu voz se ahogue en cataratas
desveladas de encrucijadas incendiadas
ojalá tu sombra no regrese
donde abandonamos el rumbo de la alegría
ojalá llueva mañana
y el horizonte se suicide de espanto
37
te escribo
compulsivamente
llanto sideral de colonias espaciales
donde sembrar la humanidad
sucede encanto de cisnes inmortales
te escribo en el silencio
en la huella del aire
en la llama que devora Roma
te escribo en mi sangre
derramándose
con la pluma de mis alas
amante ahogado en el grial
38
la daga
herida
derrama
silencios
gota
a
gota
sobre la hoja
que
cae
muerta
39
el hombre, lobo natural, esclavo de su sed de hambre, sale a los valles del sueño, del mundo, se espanta de los espejos, de la sangre en los relojes, de la voracidad de los graneros, del odio de los perros, y en la garganta oscura de los peces, descubre el andén de su razón, ajena, en el instante y presa de eternidad.
40
El instante a veces eterno
Otras arena
Igual que la mujer
Que nos deja vacíos
En la terrible certeza
De no ser
Uno
41
cae el instante
el estanque se ahoga
la lluvia no sabe nadar
lagrimas
42
esta soledad sin espejos
esta encrucijada definitiva
este silencio
este poema
ahogo sed de náufrago
sal lloviendo en las llagas
este desaliento cósmico
este latir de manos amputadas
estos huesos gélidos
este tango de coral
esta mirada desafinada
este horizonte caído a la mar
estas olas de arenas
esta marea de eternidad
este cuento sin final iniciado
este principio de incertidumbre
este eclipse a perpetuidad
esta ley hermética
este universo probable
tan poco posible
esta relatividad
verte morir en mis letras
amanecer
quién sabe?
detrás delante
de qué oscuridad
de luz
43
la sangre del aire
me conoce
el aliento de la mar
me mira
la huella del camino
me llama
el latido de las estrellas
me quema
el sueño de la hierba
me sueña
la paz de los cementerios
me grita
me ahuyentan las sombras
de eclipses marinos
las pesadillas de las paredes
el terco llanto del minotauro
los vicios de ariadna
la triste gracia de dionisos
el ojo de dios
me aburre
sabe demasiado
44
da lo mismo
morir de lunes
que de espanto
el silencio azul
ennegrecido de catedrales
lo demuestran
un eco es clamor de la memoria
un olvido sin faro sin leyes marinas
da lo mismo alterar el curso de las olas
que la inmensidad de las mareas
la playa siempre sabrá esperar la mar
los barcos el horizonte
somos una fuga hacia la nada
un estallido de la aurora
45
entre mis silencios tu nombre
de guerra
entre las esquinas del viento
el ojo austero
clavado a la palabra
sin la sangre de los días
no sabría la noche amanecer
este instante es
otra vez
secreto de tus huellas
46
ayer mañana
siempre es hoy
estrategia del instante
soñándose
la eternidad
47
hemos pescado hasta el infinito
en los ríos del olvido
encontramos arquetipos iguales a espejos
desiertos amamantados por arenas
puertos vacíos islas ahogadas
y desnudos desangrados en sombras
nos quedamos anclados en el aire
de una tormenta que no deja de llover
48
este frío de cenizas
donde late el espanto
esta cruz sin esquinas
esta daga aferrada al llanto
este silencio
atrapado en el aire
de luces asombradas
latidos donde escribe el azar
su imagen de espejo
y su agonía
49
Es tan frágil la realidad
Alcanza un parpadeo
Para amenazarle el latido
A los amaneceres
50
de qué sirve la verdad
cuando las miradas se quitan ojos
sentires de un instante
desangrándose
hasta quedarnos vacíos
desiertos
prisioneros de arenas cósmicas
a punto de estallar
cuando también detrás del escenario
se maquillan las palabras
51
esta soledad de ojos abiertos
gélida igual al desierto donde observa dios
su creación de ecos de un mismo instante
me atrapa hasta arrancarme la sangre
cada noche
me alimenta del latido de universos
e incendia mi voz de escandalosos silencios
donde escribe mi poesía
52
este pacto divino sin horizonte
este presente de laberinto
brilla de oscuridad mi razón
el vino vuelve en su sed desierto las copas
escribo en las mareas
con la sangre de la arena como testigo
mientras huyo de recuerdos eternos
olvidado
en las cenizas vigilias del futuro
53
invisible la palabra
derramada voz en el poema
silencio
tinta de signo occidental
sangre de las alas
del aire
raíz de la mirada
donde late el universo
que te mira
lector
ebrio en tu comodidad
que se ahoga de fuego
54
no es práctico no reconocerse
me dices lo empírico no abarca el amor
nos miramos
ensayo un sofisma sonrío de silencios
se incendian los ojos de cenizas
huellas de la respiración del viento
y siempre otra vez la misma lluvia
55
En un fugaz teatro de arenas
Ensayan los miedos
La tosca belleza de la mentira
La alegría de luto en primera fila
El engaño con un prisma ciego en sus manos
Y los bufones aplaudiendo sombras
Una mujer desnuda vendiendo
Sus lágrimas en la boletería
Entrada gratis dice el dramaturgo
Paguen al salir dejando sus verdades
Les recuerda el poeta
56
el cementerio del instante
se inundó de muertos
conocida memoria sin leteos
cada lágrima es canoa del infierno
sigo sin rumbo
encerrado en una hoja
blanca ciega incendiada
como un puñal con sed
esperando
el próximo alarido del reloj
57
al final siempre hay un abismo
que nos observa al mirarnos
somos esa ausencia nacida
cenizas de la luz
la soledad continúa su pacto divino
donde lo eterno se resigna a su eternidad
no alcanza la palabra el eco de los recuerdos
tampoco la marea del olvido
la encrucijada siempre es uno mismo
el resultado un desierto
donde no logra el símbolo ser
la esencia de las cosas sucedidas
el instante nace y muere en su propia revelación
dejándonos atrapadas las manos de tiempo
anclados a la sombra ripiosa de una estrella
que cae
58
aunque me cueste esta vida
renaceré
volveré con la urgencia de la sed
en el canto de la arcilla
coro de cosmogonías
renaceré de entre las piedras
escaramujo de luz
volveré en la sombra del sol
del otro lado del silencio
en el eco de la lluvia
sobre la piel de los instantes
cuando en los tejados del mundo
la oscuridad sea pluma encendida
porque si me miras bien
soy esta ausencia de ojos esmeraldas
tramando en el réquiem del adiós
resurrecciones
59
ebria mi alma y yo
sin sed y lloviendo
sed
60
en el siglo de cada hora
la infinita tristeza del hombre
ante la ausencia
del nuevo útero del día
(que) se mira en la eternidad
bajo la sospecha discontinua
de la oscuridad
61
en este desconcierto teatral
de la existencia
la gentil lengua vibrante
te convoca
despierta desprecio
odio de las sombras
veneno amigo acude en esta urgencia
caudal somnoliento aún
en el río virtuoso de la sangre
de mis alas heridas
que se abran los abismos infernales
y quede desnudo el cielo
a la intemperie de latidos
abierto al designio sobreviviente
por sobre silentes alientos
de una última huella de calma
reclamada
oh dios
pequeño estigma
del temor humano
quien enciende la inicial cosmogonía
de tanto olvido
te saluda
al verte tan mortal como al instante
que desprecio en este despertar
62
estás en la ausencia
igual a un estallido
en cada fragmento
de lo que se ha roto
estás en la gota de rocío
en el aire de una huella y su travesía
estás donde dios naufraga sus ensayos
donde no acude la existencia
y todo se derrama
río de barro sin mareas
estás en la sangre de las clepsidras
en el escaramujo del tiempo
estás en el ojo
de un amanecer sin horizonte
en la pausa de la eternidad
sucedes en el llanto de la risa
en el eco de un silencio de sueños
que al despertar
sólo ve los huesos de la imagen
y estás en la lluvia
del sol en estas noches
donde no terminan los finales
63
este cansancio vacío
este silencio oscuro de sangre
sin latidos
estas huellas sin pasos
este amanecer dormido
esta partícula de nada
este fragmentarse del todo
esta imagen sin espejo
este minotauro sin laberinto
este teatro de encrucijadas
estos ecos de los eclipses
esta memoria del mirar
esta luz ensombrecida
esta ausencia
no sólo mía
esta presencia incompleta
este poema
esta pausa de las horas
esta eternidad sin horizonte
buscándose
64
ya no hay regresos
todo es eternidad
final
eclipsa la luz
de los sueños
65
era un dios herido
esperando la marea
que calme sus naufragios
66
en el refugio de este instante
todo es universo
el olvido de la memoria y sus redes
sólo son cartas
de un juego que arrasó la marea
lo mejor que encontré se volvió lo peor
y atrapado en este laberinto
confronto las elecciones de mi libertad
la soledad no debería ser
ni batalla ni herida
espacio para la desolación
perro carnicero de los latidos
este refugio no me preserva de mi
67
Los ángeles llueven
En sangre y alas
Sobre el mar del instante
Derrumbando la ciudad
De la extranjera mente
Dormida
La serpiente
Pujando nubes
Dueña del poder de los jardines
Entreteje cristales
Donde habrá de verse
El minotauro
Desnudo de cielos
68
nos desangran el aire
se visten con nuestros alientos
espíritus invernales
69
escribir un libro en la playa
que la marea lo lleve a naufragar
igual a un beso de arena
igual a la sed
de una mujer sin memoria
70
fue sólo un instante, dios abrevaba de mi mano
dictaba la luz de mis palabras, ronroneo de sentires
hasta una gota de rocío era la mar
y el estallido de la espuma? latido de cosmogonías
si, yo estuve ahí
71
mataron los caminos y aún así
las huellas se colmaron de alas
el ultimo suspiro de dios
puso a volar los pasos de las piedras
72
entre mis manos y tu cuerpo
todo lo que descreo
la influencia de la nada
el naufragio de los dioses
mi casa en llamas
y tu imagen arribando
desnuda
hasta mi dactilar mirada
sueño de mis manos infinitas
entre mis manos y tu cuerpo
el aire que me respiras
de los ojos
en la exacta latitud de los latidos
cuando un eclipse de arenas
extrae la sangre del tiempo
para devolverle a la cubierta del instante
su destino de enigma
encontrarte es universo
pronto a extinguirse
entre mis manos y tu cuerpo
el estallido del cosmos
73
Esta mujer ebria de universo
Divinidad concupiscente piano estelar
Muere en el amor de un instante
Su eternidad que le renace
Encrucijada del rocío y la espuma
Comunión de almas profanas
Celebramos el eco de la existencia
Hasta el abismo de sus ojos esmeraldas
En el horizonte de los sueños de la sed
Que confabula hasta la desnudez del latido
Vuelve a incendiarse en el surco del aire
Y la maza del instante que golpea, golpea,
Golpea…
74
se ahoga el muelle de la espera
reclama la arena el espejo de las manos
infinitas miradas dactilares
desnudan estallidos de eternidad
somos la marea el abismo celebrado
el eco de un sueño
poema de ojos abiertos
leyéndote
mirada
75
hemos perdido el sueño de las ventanas
el milagro de las sonrisas al borde de alas ígneas
leones de fuego surcando la infinita sombra de los peces
la mañana abandonó su intermitencia de auroras
embrujando el simétrico canto de las tonales palabras
hemos perdido el silencio furtivo de las manos
el incesante encuentro de horizontes eternales
la piel de la lluvia el manto del aire
hasta quedarnos acariciando el fulgor del abismo
76
miro crecer la noche
o la desando
es un reto la sed
el tren de millones de palabras
la incandescente boca
al borde de los labios
de la copa
del horizonte cristal que nace
el verso
miro crecer la noche
la desando
altero auroras en las mesas
las sillas se pliegan
se arrodillan
comen de mi mano infinita
de plumajes
se arrastran buscan la salida
del fuego
un silencio de cenizas
que les proteja su pasado de puerto
de barco anclado
hundido
crece la noche hasta nacerse alas
la miro desandarse
llevarse puesta
en la terca luz de la imagen
parpadeante eclipse de miradas
que por temor a su muerte
transmuta en eco
del oscuro día inicial
creciente
que se desanda
77
hay noches
no digo esta
otras
donde regresan
los caminos
de la mano de un sueño
de un olvido
no digo que pasó
de mañana
como una huella
que espera
hay días claros
donde la noche
es una sombra
de luz
78
el laberinto
ya no tiene misterios
destejen las alas del cielo
espejos infernales
percepción de viceversas
todas las salidas se reducen
a la piel de un andén
un instante donde todas las puertas
son la misma puerta
79
ese horizonte que se desgarra
esa natural voz que clama por su herida
ese arco amante de la flecha libertaria
este beso sin domesticar
este instante de miradas abiertas
esta función del sol
este ojo alado
esta verdad sin sangrar
respirando el azar
este eclipse de besos
esta resurrección de demonios ahogados
que no alcanzan la memoria
de las raíces de las hojas
este insomnio del poema
este verso que espera sin saber esperar
el último recurso de la vida
la develada eternidad
80
los condenados de la eternidad
sólo pueden destrozar espejos
para continuar
los laberintos han muerto
de egocentrismo
los espejos se abren
capas de la existencia
la sed de las copas amanece desnuda
en las lenguas del latido
los dioses
vampiros de la lluvia
de la arena
invulnerables adictos del instante
tallan en los portales
de los sentires
una presentida pregunta
ese mar donde hemos encallado
protegidos por el aliento
de las estrellas
mientras los portales giran
en la calesita del cosmos
la resurrección nos ampara
81
lo difícil no es el fin
es aceptar
la pausa de la eternidad
confabulante de relojes compartidos
hasta otro instante
82
te recorre en voz alta mi mente / me sugiere cielos de ángeles caídos / sumergidos / en universos donde la razón se desrazona / y se corazona el corazón / desde el alma de los días / hasta la incierta noche del tiempo / donde las arenas de la eternidad / de pié sobre el límite del instante / confabulan desde la respiración de Dios / nacernos alas / olas trepadas al cosmos / en cada espasmo de la existencia / residente en ese beso infinito de sol / que te nombra / Amor
83
Sin el sentir de mi mente
Soy nada
Un silencio ahogado tras el velo
De la nocturnidad encendida
Soy la blanca arena
De los huesos
La sonrisa de las calaveras
Esa daga de la mirada
Sangrando entre las ruinas
De una tormenta de trenes
En la huella de una palabra
Que nadie espera
Borrado por la marea del fin
Del comienzo
En el andén de los instantes
Soy la exacta sombra de la luz
La cifra de los días y sus calendarios
De venas y ríos submarinos
Corriendo hasta los pies de los desiertos
Donde sangran la mar
Y sus estallidos de voces aladas al cielo
Hay olas oscuras que como sogas
Anudan los collares de las sirenas
Que no dejan de cantarle
Al paraíso perdido de Ulises
Sin la mente de mi sentir
Soy nada
84
en el ritual del día nocturno
cuando las estrellas colman la sed
de las copas invisibles de vacías
no alcanzan el cántaro del instante
y tanta soledad
mordiente de palabras y silencios
85
los instantes porosos
abiertos andenes fractales
del latido
de una mirada
colmando el respirar
de una caricia
desnudos aires que riegan
las huellas
donde es inicio el viaje
infinito
86
estoy ebrio o alguien rompió los instantes...
hoy no he comido
la sed de las copas
mordió latidos
las palabras
el verso comunicante
de silencios
soledades de oscuras olas
que no viajan
el desierto de las playas
son rutinas de la existencia
ámbar polimorfo de lo incierto
establecido arena
estigma de miradas aburridas
donde maldice mi verso
la contra-lectura de las horas
donde mis partes de frankestien
se regocijan
libres
derramándose en rotos instantes
87
saltan las letras silencios claros abiertos
aprendimos a barrer cenizas del alma
la sangre escribe su confesión
supimos escondernos detrás de cicatrices
los siglos han pasado y siguen siendo
miradas que afilan sus colmillos
voraces reclamantes
de una huella sin paso
un pedestal sanguíneo de barro
ríos de la humanidad
nunca pactamos con lo correcto esperado
fuimos bisectriz de horizontes
rastro de luz en los muros del llanto
oscura sensación de un instante muerto
supimos develar la trama de los dioses
saltando silencios de letras claras
de nada nos sirvió la poesía
el poema elástico del beso
los labios cada vez quedaban más lejanos
las manos infinitas se colmaron de desiertos
los oasis naufragaron de espejismos
el latido vacío de los árboles
cruzó señales y peces estelares
convocando relámpagos pactados
y nos colgamos a la lluvia de más arena destinada
sólo por esperar verle la máscara al designio
previsto
nos escapamos creando laberintos
construimos soles de cera
que supieron cumplir con lo esperado
derretirse ante el aleteo de nuestras pesadillas
el sueño del mundo temblante de abrigo en sus temores
una luna crisálida encantada en la coral piel de las serpientes
que se dejó ir mientras en nuestra piedad
nos llamamos eclipses
por un cantar heráldico nos rompimos hasta el abandono
de ser una vez más hasta la próxima eternidad
y amantes del sacrificio
el fin escribió incendios de ojos abiertos
su humana sed se vierte en la efímera virtud de los sentires
88
ese piano de estrellas / esa sombra sobre tu nombre/ ese sentir que se derrama/ esa luz que nombra al instante/ esos ojos de horizontes/ ese Dios arrodillado/ esa tormenta/esa lluvia de los instantes/ este latido/ esta memoria de las horas/ ese parpadeo del sol/ ese abismo de tu ausencia/ este poema/ este silencio que sabe por qué
89
es desmedido el vacío de mi ausencia/ sobra la luz para incendiar la noche/ los abismos tienen un pacto ígneo con los desiertos del alma/ y la mente no lamenta la fragmentación de los latidos/ el azar no es última apuesta que recompense la existencia/ deberíamos ser algo más que un juego de dados/ y sin embargo Dios/ nos confabula/ y conjetura en nuestras huellas su sueño
90
miro mis manos vacías
silencio colmado de versos
tanto mundo inasible
afuera
al otro lado de mis latidos
orillas donde el destino se confunde
entre mareas de horizontes
eclipses de sueños que no despiertan
al amanecer
cuando bailan las tormentas
la sed del vino
los instantes
donde mueren los andenes
olas que muerden la arena
hemos aprendido del viento
las fatigas de la próxima huella
los abiertos desiertos de cenizas
y aún así el poema se queda vacío
en el escenario de tus miradas
91
ese invierno en tus ojos
cenizas del madrigal
supo ver sonreír
la primavera
92
disparan
las palabras ven
voraces de sed
sus flechas
ojos ciegos buscan ser
detonación
93
poema a mi mismo, a todo lo que es, y a vos… siempre
la misma mirada en extranjeros ojos
he estado en los infinitos efectos del verso
en cada humanidad de la palabra
muerta antes de nacer para ser ante tus ojos
he estado entre las venas del poema
he sido color y coral de los sentires
me has visto disparando rebeldías
y rezando ante el ombligo de tu ego
hemos salido a pactar con las auroras
amaneceres distantes un sol ebrio
nos hemos demorado en la marea de los nacimientos
alguna vez escribí un verso que ya olvidé
para tener la excusa cierta de volver a escribirlo
desde otro andén sin tantos trenes huyentes
hemos estado en la existencia
y por el desprecio viciado de hartazgos
esos universos del instante
donde el cosmos se arrodilla ante la propia
divinidad que le ha creado
incendié mis huellas
hasta quedarme sin regresos
en mis cenizas alas del viento
me fui a recorrerme
durante la travesía arribamos a ítaca
lo demás es naufragio del espejo
94
me desperté habiéndome olvidado de no dormirme, busqué entre las sabanas ese papel que olvidaste quemar, y me mirabas… ventanas abiertas en ciclo cósmico, teatral obra de un parpadeo…
quise crearte poema, sin más pretexto que el por que si, por el día de la noche, por la noche que llorando en una gran luna espera vestirse de sol.
(los dos sabemos que en el lado oscuro de la luna duerme el sol)
y sabemos que suponemos saber que esos infinitos ojos de Dios, en Uno, son como una misma voz que habla de todos, un mismo lenguaje de cenizas, quiero decir estrellas, cosmogonías donde espera la eternidad su tiempo.
después, me senté a escribir este mirar… te busqué en el ojo de un diamante, eclipse de oasis perfectos, trama divina de espejismos… develado en tu lectura
95
la mano tiembla al latir de la pluma, escribe
el cielo que renunciado no es más cielo
ni menos es mi ausencia
hoy me quedo donde respiran los peces alados
los ángeles no se encuentran en espejos
96
a mis amigos
por haber llorado antes esta risa
la noche catarata de copas ebrias
derrama su sed de risas y encrucijadas
hasta dejarse ver instante de eternidades
ciclos de alegría divina que nos confabula
hermandad manifiesta
donde llora el diablo y baila dios
97
mediodía
tiempos de elevar nuestra sombra
caminar bajo el pendular hilo del sol
hasta desbordar el horizonte
98
qué hace la niña?
a qué está jugando?
que si sueña se aburre, y si juega
se asusta
a qué está jugando la niña?
99
teatro de lo cotidiano
donde la sombra más oscura
se cree espejo del sol
100
ya no es mía
no digo nuestra
esta ciudad
sin límites
donde no se reconoce
el instante
ni las calles
han perdido la memoria
aquellas casas
esos edificios dorados
huesos de hierro
en cenizas
sobre el eco de las noches
donde fundamos
universo el poema
la palabra
que nos arrojó
desde el alma al ser
en la sed de un grial
esta ciudad la nueva
siete veces y más que troya
muerta sin guerras
sin glorias ni tormentos
se derrama en las heridas
crece sal se sumerge
desierto sembrado en espejismos
sólo queda una habitación
la noche
del otro lado de las ventanas
espera el horizonte de la ciudad
de los sueños
esta ciudad sucede
101
otra noche
sus ecos de silencios clamantes
sólo el calor que abandonó la lluvia sin llegar
también ese gran ojo abierto de la ventana
que aburrida de tanto cielo
me mira
sospecho también se aburre de mi
que la cruzo sin palabras
si pudiera hablar
sin lograr volverme loco
me reprocharía años de mutuas sombras
soles de los diarios
rotas presunciones de hojas como horizontes
esa misma mar de naufragios
se repetirá?
sería su pregunta única
antes que la noche se vierta lluvia
sobre nuestras miradas
y un silencio de la tierra en cenizas
nos reclame sin saber si habremos
de volver
102
el espejo abre los ojos
dormir es una muerte lenta
presume que la noche es
parpadeo de soles
detrás del horizonte la marea
un estallido fénico
la suave cornisa del instante
débil caricia
donde se cae la lluvia
las raíces de tu mirar
procrean laberintos
encrucijadas donde el instante
abre los ojos
me ves sobre los aleros del silencio
te miro llover siendo horizonte
103
tus manos son huellas
hechizadas
abiertas a la estelar sinfonía coral
de un latido
al respirar acarician
el sueño despierto de las aves
la desnuda piel de los instantes
tus ojos infinitos
eternos
igual al palpitar de un silencio
alertan al epigrama del poema
se permiten ser
mirada
aliento de la imagen
donde abrevan los peces
mareas insomnes de arenas
tus manos nos miran
olas ahogadas de sed
donde se contempla el universo
104
entre las manos de la noche
y la espalda del día
la pausa
lo corpóreo
el tiempo de un latir
lo eterno desnudado abismo
donde incendia el vientre material
dimensionales puertas
de la insomne pupila del instante
la sangre de tu voz procrea
el cosmos que nos ha de habitar
105
con que desprecio transcurre el tiempo
mediocre latir de la eternidad
encendidas alas de crepúsculos
que anochecen
nuestros nombres mirándose
en las charcas donde nos encontramos
esperando
en la marea de los olvidos la luz
es silencio señalado en la mirada
106
me paso mil horas
en el centro de las noches
hasta que amanece un instante que me colma
y sucede
el poema
es entonces cuando el verso
donde me miro
mirándome es ojo de dios
sin tormentas
es
en ciertas encrucijadas del laberinto se te extraña
la tormenta demorada en las ventanas
y este viento que sin lluvia
llueve
trae la exacta luz de un respiro
un suspiro en medio del cosmos
y te escribo
igual al demonio de los días
como un dios arrodillado ante la creación de un latido
me demoro
instantes
observaciones de la palabra
poemas que mi voz escribe
la noche persigue latidos del amanecer
cada palabra del sol es
un verbo
universo en mis brazos
tu mirada
107
no digo hoy
que aún no ha llegado
aún menos mañana
ni ayer
sólo verbos del tiempo
sólo digo un instante
un estallido eterno
en el horizonte del verso
la mirada
exacta poesía de tus labios
tu alegría
108
ella llegará una noche
desnuda de ella misma
amante belleza divina
esencia del universo
ella poesía ella silencio
marea de sentires
horizonte infinito ella
trama del instante
109
alguna noche sabrás que esa carcajada
es una calavera
el aire que te rodea
casas muertas dimensionales
la luz un sueño dormido
aliento de tus amaneceres
abrirás los ojos sólo para no verte
creerás en papeles petrificados
en los huesos de los muebles
en la estructura arqueológica del humo
querrás correr y no habrá suelo
te habrán deglutido todos los límites
la boca de los vacíos
es el revés del cielo
un día la calavera no sonreirá
110
esta soledad sin anclas
sin alas
esta soledad marea
sin tristezas sin alegrías
complementarias catedrales
en el horizonte del ser
silencio clamante
esta soledad designada
compás
de absoluta perfección
esta soledad de magnitud
material
ángulo de cantidad y esencia
fuerza antitética
embarazo de la musa
poesía mirante templo de la creación
111
esta existencia sin fraguas
nos abre horizontes
donde la soledad se desola
hasta aceptar sombras ajenas
y las huellas resistentes
residentes muerden los pasos
el camino
la exacta cúspide del fulgor
112
de este lado del barro
pierde lo sagrado su hoguera
de ser
hasta las clepsidras
presumen ser sol
113
no me había dado cuenta
hasta tu regreso
todo lo que te había extrañado
114
a veces exageras dios
tanta belleza
al borde de los sentires
observador silente
parpadea en tu mirada
lo creado
¿cuál es tu vanidad?
el silencio de tus ojos?
subvertir el pensamiento humano?
tus heraldos? amantes del amor
exiliados
oscuras exageraciones
de tus enjambres
exageras
reconoces mi sonrisa
115
en un rincón del aire
entre los muros del agua y el fuego
se alza la copa de mi sed
respiración del mirar mío
de antiguos dioses
celebración
designio eterno voz
del poema
116
La noche clava estrellas
Lacerando silencios
Hasta otro instante
Donde abierta
La noche
Cierra la puerta de sus huellas
117
ese mar donde tiembla la arena/ esa marejada de tus ojos/ esa espera de la tormenta del sol/ esa herida del tiempo/ esas olas rotas contra la piel del instante/ ese silencio donde me llamas/ ese incendio de cenizas/ esa dormida pausa del silencio/ donde despierta el olvido/ donde crece el horizonte/ por abrazarte/ el pensar de tus sentires/ mientras te miro/ ciego/ ahogado en el mar/ y se queman pupilas nacientes
118
el milagro de los buitres es crear la sed/ los muertos se doblan peleando sonrisas/ donde se parte el pecho/ el paso en falso de las huellas que arañan la sangre/ el pan de los insomnes/ que leen espacios universales/ cuando la noche incendiada/ nos mira sin saber mirarla
119
enciendo un cigarrillo
me miro
y la jaula de la realidad estalla
no sabe contenerme
soy mitad del silencio
eco de un incendio
las cenizas de la arena
el ojo insomne de Dios
escaramujo de un latido
respirar es otra herida
120
esas manos estrelladas entre latidos/serán espejos de que mirada? / acaso la misma que me nombra cuando te sueño? / amante de ruinas del futuro/ eclipse de cenizas, ardientes/ mientras el mundo al revés/aprende artilugios/ donde el universo sueña
121
en las cenizas del tiempo
la pausa de las huellas
cautelas de aire y fuego
122
no se extrañarte tanto, no corresponde, pero el espejo te llama, te nombra sobre cenizas de latidos, incendia latidos del aire, nombre de luz, guerra de instantes, confrontas con dios eternidades, silencios, nacientes de encrucijadas, abismos, respiración de ríos, amaneceres, sueños donde despierta la arena, la exacta huella de la soledad, incierta, igual resultado por las ruinas de la sed, cuando sin saber, extrañarte sucede diamante de sombras.
123
fue un destello
una sonrisa en el abismo
de la noche
en la eternidad
verdad de la belleza
fue un andén improvisado
en el cielo
sólo por instantes
reconocemos el ojo de Dios
los latidos de su alma
que desnuda su rostro
en una mujer de luz
y prosigue la exploración
el vacío del universo se amarra sombra
pero igual aprendimos a sostener una sonrisa
estuvimos ahí meciéndonos de claridad
124
dejo de hacer todas las preguntas
asumo respuestas infinitas
los ojos aprendieron el lenguaje
de los sentires y se quedaron sin ver
la mirada fue un espacioso asombro
hasta volverse hastío
irreducible sombra de tantos
laberintos sin muros
este cansancio de ser sin tu presencia
no soy dueño de lo que digo
se lleva mi voz la poesía
sucedemos del lado ciego de los amaneceres
avivando ígneas noches concebidas
de arenas eternales
125
aunque el ciclo de los días
suceda eternidad de noches expectantes
de abismos y extrañarte sea estrategia
de mis instantes y las calles ríos de este llanto
he cruzado el horizonte
regresar no es una opción
126
me hubiese asegurado aprender inglés
luego algún otro idioma
incluido el castellano español sin conquistas
que ironía es anárquica la voz del poema
recordar los Griegos iniciales desde mi memoria Zen
no su traducción de la filosofía
la extensión derramada de dioses familiares
me hubiese gustado llegar a Islandia (sin porqué)
conocer a Paracelso, recordar la sonrisa
de Merlín, y otra vez las calles de Londres
no nací en América del Sur, no creo deba disculparme
aún hoy hay más de una guillotina por cada instante
he muerto en labios diagonales, eco de ciudades troyanas,
en los puertos sin nacer de África, en los mil y un laberintos
donde se dejó ver la eternidad en un desvelo
pero me persiguen Leteos, sombras ávidas de luz
iguales a pasos náufragos donde escriben sus huellas
los sueños atribulados de la utopía
hubiese ensayado más el teatro de los sentires
de saber que tan pronto se quedaría sin sangre mi alma
quiero decir
nacer caminos inesperados, desandar antiguas huellas
y regresar al mismo latido, polvo ardiente que aprendió mi nombre
ser otra vez chispa necesaria del coro universal
sin esta conciencia, que no consiente adulterarse
Ítaca no me abandona, también soy mis renuncias
en nada cambio con los resultados
127
un cuerpo desnudo
una mascara que no cae
un teatro de sentires
un eterno silencio
una pausa
final que se persigue
se alcanza
128
entre dos espejos de idénticos sueños
la imagen sin confrontarse se observa
espera de ángeles y demonios un pacto
que la batalla no resulte infinita herida voraz
pero la muerte equivalente sucede en sacrificio
igual a un río de arena o una chispa del desierto
entre los dedos de la eternidad
donde uno en el espejo del viento y su laberinto
destroza sueños que regresan
atroces en realidad y apariencia
1
Este encierro sin ruedo
donde el toro es la palabra
crean en mi yo al matador
al grito de la multitud,
el todo, la herida, la vida
y la muerte de mirar la sed
2
mis ojos piel silente de estrellas
náufragos en ese abismo
donde la sed
es una copa de lágrimas secas
surcan desiertos salinos trepan
huellas de Ícaro
que se incendian eternas
en el abandonado refugio de nuestro
laberinto
amarte fue este silencio
esta tristeza
donde encalló el naciente luto:
cenizas cantantes en la savia del viento
3
y ayer sólo éramos bufones
de nuestra propia existencia
hoy somos los dueños
del aplauso
4
extraño a los amigos
de palabras y latidos y miradas infinitas
mientras fundábamos horizontes
sueños universales
que habrían de nacernos islas
alas y lejanías de otros horizontes
donde hoy sólo somos ecos
extraño a los amigos
hasta cargarlos en el recuerdo
iguales al che o a una urna griega
imágenes
de un instante de belleza
eternos
con los que dialoga mi nostalgia
y con los que ríe este extrañarles
en el final del mundo beberemos nuestro llanto
5
el espejo espera
la risa o el llanto del sendero
un último esfuerzo del viento
el diccionario del cielo
no hay guías ni planos
la misma encrucijada es divina
de Caín es el eco del ojo
crucificado al naufragio
la huella llama y el paso anclado
al instante del vértigo que pasó
cuenta en clepsidras digitales
escaramujos donde duerme en la distancia
otra eternidad sin ti
6
Te escribo en el silencio
Entre las armas de la noche
Y los escudos del día
Justo antes de volverme loco
Por tus manos de colores infinitos
Por tus ojos de cielo
Donde las esmeraldas son explicación
De rescates infernales de cielos idénticos
Te escribo sin avales ni pretensiones
Sólo somos el eco de lo soñado
Siembra de la espera del universo
Eternidad latente
Lactante de aire y fuegos que nos dictan
Huellas estelares
Verdades donde el instante nos reclama
Aprendices de lo cierto y vampiros de lo incierto
Ojos exiliados de la pecera
7
A Luciana que me amanece el sentido de creer
te escribo
siento
enmarañados silencios
clamantes
de presencias rasgando
ausencias
soñarte no alcanza
solían ser tan altos
los abismos
cielos de océanos conjurados
donde reptar entre cosmogonías
era designio
de estelares pactos divinos
hoy te escribo desde el altar
del latido
instante desprovisto de tiempos
donde este poema
es
encrucijada de eternidad
chispa primordial del beso
8
Dónde van los sueños olvidados? Quién los atrapa hasta hacerlos suyos? Quién come de nuestras migajas? Quién confunde con estrellas los meteoritos del alma esparcida en mil amores inconclusos? Los recolectores de nuestras miserias creerán con sus mediocres sueños alcanzar el cielo? Qué hay detrás del silencio de las sombras? Qué se esconde detrás de la luz? Ese universo en ruinas es acaso un desierto amaneciendo? Y ese desierto es un universo anochecido? Quién dicta los pasos de los demorados en la nada? Acaso sus espejos son ciegos? Sus barcos hace siglos dejaron de soñarse mares? Se olvidaron que la belleza es la única verdad? No lo supieron nunca? Cuándo dejaron de importarnos los mendigos del amor? Los muertos de nuestra felicidad podrán saber lo que sabía Dios mientras el verso estallaba en el horizonte naciendo soles? Los laberintos acaso se conjuraron por develarnos sus secretos, mientras la noche del mundo estallaba las sombras que no podían ser camino? Qué extraño vicio de la existencia nos llevó a despertar las pesadillas que se morían de miedo? Cómo fue que las mareas se llevaron el último vestigio del eco hambriento de los delfines? Qué oscuro relojero llenó de arenas sedientas el tiempo del hombre? Cuándo fue que llegué hasta el abrazo de tu mirada justo antes que el futuro fuese ayer? Cómo es posible develar lo imposible, si sólo tus ojos de gloria saben que este Amor surgido en la voz del aire y el fuego, es destino y designio divino? Cómo es que ayer se dejó llevar hasta otro tiempo? Y dejaron de ser raíz las cicatrices.
9
esta hoguera mineral
nacida del abismo en los dioses
es presagio de flores oceánicas
estallido del tiempo
derramándose en relojes
nuestros latidos
exacta hambre de mi sed
rocío de la mar que me prodigas
cuando Dalí creyó pintar el tiempo
sólo escribió nuestros orgasmos eternos
en la persistente memoria de Dios
mujer que me has de beber
10
te inventé y ya existías
tuve que soñarte
para despertar
y descubrirte
en mi mirada
antes
justo antes de inventarte
mirándome
11
esta predilección por los abismos
habrá de terminar
preciso es cruzar océanos de arenas
escribir con la alzada mano negra roja en el aire
la libertad de la sangre sembrada
y extraer del llanto las ventanas
los abismos habrán cedido persecuciones
los naufragios no serán creencia disipada
y el eco del manto de los días por venir
develaran la trama secreta de la lluvia
en los jardines del aire
un instante un sol otro horizonte
las redes que hilamos en las tardes grises
este puerto esta barca
la sed de los mares
este infinito silencio que se ha puesto a cantar
12
en la agitada respiración del verso
tus ojos van naciendo este poema
hay una huella que despierta
un camino puesto a caminar
13
las despedidas
son muelle de la muerte
nos enredamos
en lejanías
pero las pausas
son trampas aprendidas
de la misma eternidad
ahí te esperan mis latidos
antes del ultimo beso
después del final
14
el espejo que te muestro
huida del bufón
atrapado en la imagen
sombra del sueño
perseguidor de la luz
eco que si sale del centro
sabe perderse en la nada
15
un incendio de almas en el cielo
sedujo la rebeldía al llanto
rodó la luna de su cetro
se desarmó la galaxia
los potros estelares salvajes alados
persiguieron halcones y dragones
hasta desterrar de la corona del instante
todas las sombras con tu risa
eco pintante de estrellas germinales
16
les perdono el abuso
de palabras hastiadas
en sus poemas sin parpadeos
les perdono dos puntos
los signos ciegos suspensivos
las señales cruzadas de veredas
los significantes sin predicado
lo que no les perdono es el silencio
de mi mente el relámpago apagado
en mis sentires sin otra opción de lectura
hasta les perdono ofensas destinadas
alternado honor de mirarles de otro modo
no reconocería obvias realidades
por eso les perdono la envidia
y les perdono el agravio que consumen
la gracia de no tener gracia y los indulto
hasta por el intento de acallarme
verdad era mente no invitada a mi realidad
sólo bebo champagne en espacios secretos del universo
y más allá de presentaciones con espejos vacíos adornados
me cansan mascarones sin carnavales ni cortejos
y aquelarres adulterados
a cierta mayoría de escritores
habría que condenarles el esfuerzo
exagerados en clamores y recordarles
que sólo había que esperar la eternidad,
sin lejanías habitantes
17
Los espejos por miles
Siglos de reflejos acunados
Derramándose en el centro de la manzana
Devorando el magma vegetal
Del ojo voraz de raíces
Ensayo de desamores
Sombras de un latido bufonesco
En el universo
Donde este anzuelo de estrellas
Nos desagua del infierno estelar
Caemos en la trampa de la mitología
Somos el infinito cuadro
Donde se mira Dios
Por miles
Desde el génesis de los siglos
18
el equilibrista llora su huella alada
no hay red sólo corales
el océano es voraz y es espejo
es aire justicia de labios ebrios
las copas rotas
exprimidas
derraman su sed
por los limites del cosmos
y cae
la máscara de dios
la oscuridad sucede cicatriz
explicación extranjera del paso
el horizonte es epitafio del instante
el equilibrista marca sus cartas
imposible sería no caer
pero los días
no se quedan
19
buscaba tus labios en el aire
encendía las cenizas de las nubes
al llover eran eco de escaramujos
el cielo caía hasta la mar
buscando en el rocío otro eco de tus besos
qué tienes dios?
de qué sonido estelar eres dueña?
haces de la distancia una gota más
de rocío sin el llanto final de los cisnes
20
Amarte es trama divina
Humanidad ensayando
Entre dos chispas primordiales
Eres el exacto punto del vértice
Del péndulo
Donde el universo aventura su destino
Eres exceso de sentires
Pausa de eternidad
En el espejo de las clepsidras
Derramada gota libertaria
Fluyendo en el aire hasta el cielo
Amarte es irreconciliable desdén
Por lo mediato
Eres abismo y alas
Subterráneo de latires ciertos
Plaza roja donde un silencio sucede grito
Clamor de ajedrez y horizontes
Eco donde el nombre de Dios se desprotege
De las piedras que desnudan su raíz de arenas
Del fuego que anida su cresta en la ola del gallo
Eres el signo donde la marea encuentra su río oceánico
Eres el llanto del pez mordedor de arenas
Barco anclado en el infierno del mirar
Amanecer de la noche y sus eclipses
Un beso que nos falta dar
El infinito cauce de las estrellas
Canto rodado en la sombra oscura del sol
Silencio que al nombrarte
Se crea
Eres del amor letra invisible
Signo que nos has de parir
21
es aritmética la idea
arquetipo
platón en vigilia y sueño acorde
de abstracción fotográfica
la rosa en su ser
esencia
sin metafísica y sus ecos
igual es
eternidad
acto del universo
22
Génesis
en el inicio fue el beso
la luz arribó luego
de la oscuridad
fue la metódica estrategia
de la idea
la sed en los labios
la húmeda red de las manos
el volcán en cada poro
los colmillos de la mirada
y la exaltación hasta el embrujo
de los sexos
alquimista celebración divina
de ríos y mares
estallido de olas cubriendo el cielo
quitando de las sombras mascaras y temores
y dios al borde del delirio
creó la luz
23
En medio de silentes respuestas, te busque entre palabras.
Por sobre imágenes que tropiezan en el desmedido barro del instante.
Eres la espuma rabiosa de las olas
Sangre de puentes amarillos
Derramando naufragios entre eclipses y horizontes
Cuando nos invaden mares que no ven
Y es tanta lluvia este fulgor
Que las estrellas cansadas persiguen cenizas
Hermanas constelaciones de ángeles
Caídos
Eres procreación de eternidades
Luz cicatrizando el abismo de mis llagas
Al borde de un instante de ausencias
Las arenas del reloj arrojan dagas
A la montaña herida de silencios
Cuando callas tu mirada es blanca
Cuando me estallan las nubes
El sol abre sus ojos de mañana
Eres la marea donde encalla este sueño
Viento llegando desde lo imposible
24
un enjambre de latidos las palabras
incendio de nubes en cenizas
huellas del aire al borde del camino
respiración de los pasos
horizonte surcando eclipses de utopías
25
buscamos instantes
desesperadas mareas de eternidad
eclipsadas de tiempo
somos el latido de Dios
galope sideral azul orgasmo
respiración del cosmos
huellas del aire en la arena
trama de un sueño que nos mira
mirándonos
amantes creadores
del universo
26
el silencio de las cosas
la tiniebla eco en los espejos
esta sombra de luz sin fuga
este río de cenizas cruzando rayo
la sed de los desiertos
donde la arena se muere de tiempo
en esta primavera invernal
al borde de un te quiero vacío
derramándose en la noche
como el letargo de un barco anclado
al vicio de los naufragios
en este instante
donde todos los silencios acuden
en cortejo sin luto a este muerto carnaval
sin saber cuando
nos arrancamos la piel de las máscaras
27
nada queda
todo es
cenizas pausa de estrellas
aire adormecido
mareas sin memoria
playas naufragadas
horizontes sumergidos
este abismo sabe
mi nombre
lo repite igual a un eco
por laberintos de sombras
y catedrales de latidos
inconclusos
donde clama la alborada
un nuevo día
pero el abismo crece
cerro de altas luces ciegas
donde posa la rosa incendiada
su ultimo suspiro
ay sueño que nos has de nacer
28
En el abismo de esta soledad sin dagas
Lluvias frecuentes a naufragios afines
El alma parpadea en cada acto del instante
La huella de la eternidad en los ecos del viento
Todo sucede en el fluir de una mirada
En el río de un latido persiguiendo mareas
Las cenizas se reproducen como un virus
La sangre de constelaciones derramadas no son dios
Ese espiral de tiempo histórico no es la naturaleza
Ni la arena acumulada en desiertos es más tiempo
Todo sucede en un instante y no alcanza lo que es
En el abismo de esta soledad infinita
Sólo hay espacio para seguir cayendo
Cuando caiga la ultima luna sobre el tejado de los días
La humanidad habrá comenzado a sembrar su exilio
29
el invierno se dejó ver
sin reparos
a la salida de un instante
en esa esquina donde crece el mapa
de los sueños
donde la frágil voz del horizonte
siempre llueve
como recuerdo del año anterior
y recurriendo a lo pactado
volvió a llover
seriamente
esperando irse como vino
improvisando
huellas de ríos en la mirada
de todas las casas
seduciendo zapatos marinos
y cazadores de sirenas
no me sorprendería que mañana
una gota de rocío me reclame
no haberle incluido en el poema
30
hoy rompí el laberinto
de los espejos
no existo
soy
eterno
igual al sueño de dios
mi beso
en la copa del grial
universo de serpientes
aladas otra vez
sembrando en el infierno
la incertidumbre de un cielo
soy
naufragando en los latidos del aire
fuego sobre cenizas cósmicas
la conciente iconografía de un relato
el narrador ausente
la poesía
31
tangozando
zando te veo
zando me miras
tus ojos laten sobre el barro
y el cielo
se lustra bajo un dominó de luces
estás
gesta de danzas
arrabal de fuelles malditos
latidos de baldosas sedientas
un abrazo a tu cintura
estalla cosmogonías
y el paso enredado
que te sigue
te persigue
sueño
mujer pegada a mis huellas
si te cantan mis pupilas
si la noche se hace fango de soles
será por ese bandoneón
que en tus manos es
amanecer y simetría
el universo nació en coral de tango
gozando esta danza
entre tus piernas cósmicas y aladas
abiertas al proverbial sueño de la espuma
cuando entre mares de playas y primaveras
supo dios que hacer con esta sinfonía
tan gozando que se muestran nuestras almas
tan gozando que dios nos mira
32
murió el whisky
y junto con su última sed
murió la palabra
la copa estalló contra la pared
en mil estrellas
cada gota fría de luz
fue incendio del hambre
con que te llamé desde el infierno
de mis desangrados latidos
cayendo llanto
sobre el instante
33
yo que apuesto el alma
en cada encrucijada
que conjugo con demonios y ángeles
la eternidad sin muerte de la existencia
yo luz oscura de dios
sublevación de latidos siderales
arena de la sangre en cada huella
te amé
te amé hasta romper la sed
cosmogónico recuerdo de la espera
retrasando los ojos del tiempo
ancla de naufragio en desiertos
te amé aurora de cruces
hambre de leones
triste instante sin planes
arte de cenizas ahogadas de sol
amarte fue este anden vacío
sombra de mis errores
te amé hasta el calor del frío
adorando el altar
hoy
de tu recuerdo
belleza donde mueren las mentiras
34
me pasa que hay días a los que llego tarde
por la puerta trasera de los amaneceres
y los encuentro anochecidos
días casi siempre vestidos de oscuridad
desestrellados
ríos submarinos
donde la luz sorprende el mirar de los peces
yo en esos días no me encuentro
la casa me parece un refugio extraño
no son míos los libros los discos
la guitarra donde escribo
o era un piano?
las puertas de las ventanas eclipsan
el paso del tiempo
las calles me caminan y las esquinas
suceden laberintos
me busco a los bordes del universo
en el centro
de la mira telescópica del poema
y no estoy
salgo pregunto me espanto
la palabra dispara
enciendo otro instante
me miro
volviéndome ciego
viendo mirarme
mirando mi ausencia
y el horizonte que tampoco está
y soy otro cuerpo
otra alma
35
este cuerpo del que conozco su mitología
sus arcanos tesoros de eternidad e instantes
este cuerpo al que le escribo el guión de los sueños
sus heridas de sal y cada logrado amanecer
este cuerpo con que aprendo a ver otra vez el mundo
creador de redes mareas de tiempos compartidos
este cuerpo signo determinativo de huellas
singladura en el plan universal
este cuerpo aprendiz de realidades
me descubre el tacto de respiraciones estelares
la sed de la palabra la lengua de las copas
en la divina sinfonía hierática del aire
36
ojalá tu olvido no tenga memoria
que tus sueños no tengan insomnio
ojalá tu mirada no sepa ver el llanto
del espejo
ojalá que tu voz se ahogue en cataratas
desveladas de encrucijadas incendiadas
ojalá tu sombra no regrese
donde abandonamos el rumbo de la alegría
ojalá llueva mañana
y el horizonte se suicide de espanto
37
te escribo
compulsivamente
llanto sideral de colonias espaciales
donde sembrar la humanidad
sucede encanto de cisnes inmortales
te escribo en el silencio
en la huella del aire
en la llama que devora Roma
te escribo en mi sangre
derramándose
con la pluma de mis alas
amante ahogado en el grial
38
la daga
herida
derrama
silencios
gota
a
gota
sobre la hoja
que
cae
muerta
39
el hombre, lobo natural, esclavo de su sed de hambre, sale a los valles del sueño, del mundo, se espanta de los espejos, de la sangre en los relojes, de la voracidad de los graneros, del odio de los perros, y en la garganta oscura de los peces, descubre el andén de su razón, ajena, en el instante y presa de eternidad.
40
El instante a veces eterno
Otras arena
Igual que la mujer
Que nos deja vacíos
En la terrible certeza
De no ser
Uno
41
cae el instante
el estanque se ahoga
la lluvia no sabe nadar
lagrimas
42
esta soledad sin espejos
esta encrucijada definitiva
este silencio
este poema
ahogo sed de náufrago
sal lloviendo en las llagas
este desaliento cósmico
este latir de manos amputadas
estos huesos gélidos
este tango de coral
esta mirada desafinada
este horizonte caído a la mar
estas olas de arenas
esta marea de eternidad
este cuento sin final iniciado
este principio de incertidumbre
este eclipse a perpetuidad
esta ley hermética
este universo probable
tan poco posible
esta relatividad
verte morir en mis letras
amanecer
quién sabe?
detrás delante
de qué oscuridad
de luz
43
la sangre del aire
me conoce
el aliento de la mar
me mira
la huella del camino
me llama
el latido de las estrellas
me quema
el sueño de la hierba
me sueña
la paz de los cementerios
me grita
me ahuyentan las sombras
de eclipses marinos
las pesadillas de las paredes
el terco llanto del minotauro
los vicios de ariadna
la triste gracia de dionisos
el ojo de dios
me aburre
sabe demasiado
44
da lo mismo
morir de lunes
que de espanto
el silencio azul
ennegrecido de catedrales
lo demuestran
un eco es clamor de la memoria
un olvido sin faro sin leyes marinas
da lo mismo alterar el curso de las olas
que la inmensidad de las mareas
la playa siempre sabrá esperar la mar
los barcos el horizonte
somos una fuga hacia la nada
un estallido de la aurora
45
entre mis silencios tu nombre
de guerra
entre las esquinas del viento
el ojo austero
clavado a la palabra
sin la sangre de los días
no sabría la noche amanecer
este instante es
otra vez
secreto de tus huellas
46
ayer mañana
siempre es hoy
estrategia del instante
soñándose
la eternidad
47
hemos pescado hasta el infinito
en los ríos del olvido
encontramos arquetipos iguales a espejos
desiertos amamantados por arenas
puertos vacíos islas ahogadas
y desnudos desangrados en sombras
nos quedamos anclados en el aire
de una tormenta que no deja de llover
48
este frío de cenizas
donde late el espanto
esta cruz sin esquinas
esta daga aferrada al llanto
este silencio
atrapado en el aire
de luces asombradas
latidos donde escribe el azar
su imagen de espejo
y su agonía
49
Es tan frágil la realidad
Alcanza un parpadeo
Para amenazarle el latido
A los amaneceres
50
de qué sirve la verdad
cuando las miradas se quitan ojos
sentires de un instante
desangrándose
hasta quedarnos vacíos
desiertos
prisioneros de arenas cósmicas
a punto de estallar
cuando también detrás del escenario
se maquillan las palabras
51
esta soledad de ojos abiertos
gélida igual al desierto donde observa dios
su creación de ecos de un mismo instante
me atrapa hasta arrancarme la sangre
cada noche
me alimenta del latido de universos
e incendia mi voz de escandalosos silencios
donde escribe mi poesía
52
este pacto divino sin horizonte
este presente de laberinto
brilla de oscuridad mi razón
el vino vuelve en su sed desierto las copas
escribo en las mareas
con la sangre de la arena como testigo
mientras huyo de recuerdos eternos
olvidado
en las cenizas vigilias del futuro
53
invisible la palabra
derramada voz en el poema
silencio
tinta de signo occidental
sangre de las alas
del aire
raíz de la mirada
donde late el universo
que te mira
lector
ebrio en tu comodidad
que se ahoga de fuego
54
no es práctico no reconocerse
me dices lo empírico no abarca el amor
nos miramos
ensayo un sofisma sonrío de silencios
se incendian los ojos de cenizas
huellas de la respiración del viento
y siempre otra vez la misma lluvia
55
En un fugaz teatro de arenas
Ensayan los miedos
La tosca belleza de la mentira
La alegría de luto en primera fila
El engaño con un prisma ciego en sus manos
Y los bufones aplaudiendo sombras
Una mujer desnuda vendiendo
Sus lágrimas en la boletería
Entrada gratis dice el dramaturgo
Paguen al salir dejando sus verdades
Les recuerda el poeta
56
el cementerio del instante
se inundó de muertos
conocida memoria sin leteos
cada lágrima es canoa del infierno
sigo sin rumbo
encerrado en una hoja
blanca ciega incendiada
como un puñal con sed
esperando
el próximo alarido del reloj
57
al final siempre hay un abismo
que nos observa al mirarnos
somos esa ausencia nacida
cenizas de la luz
la soledad continúa su pacto divino
donde lo eterno se resigna a su eternidad
no alcanza la palabra el eco de los recuerdos
tampoco la marea del olvido
la encrucijada siempre es uno mismo
el resultado un desierto
donde no logra el símbolo ser
la esencia de las cosas sucedidas
el instante nace y muere en su propia revelación
dejándonos atrapadas las manos de tiempo
anclados a la sombra ripiosa de una estrella
que cae
58
aunque me cueste esta vida
renaceré
volveré con la urgencia de la sed
en el canto de la arcilla
coro de cosmogonías
renaceré de entre las piedras
escaramujo de luz
volveré en la sombra del sol
del otro lado del silencio
en el eco de la lluvia
sobre la piel de los instantes
cuando en los tejados del mundo
la oscuridad sea pluma encendida
porque si me miras bien
soy esta ausencia de ojos esmeraldas
tramando en el réquiem del adiós
resurrecciones
59
ebria mi alma y yo
sin sed y lloviendo
sed
60
en el siglo de cada hora
la infinita tristeza del hombre
ante la ausencia
del nuevo útero del día
(que) se mira en la eternidad
bajo la sospecha discontinua
de la oscuridad
61
en este desconcierto teatral
de la existencia
la gentil lengua vibrante
te convoca
despierta desprecio
odio de las sombras
veneno amigo acude en esta urgencia
caudal somnoliento aún
en el río virtuoso de la sangre
de mis alas heridas
que se abran los abismos infernales
y quede desnudo el cielo
a la intemperie de latidos
abierto al designio sobreviviente
por sobre silentes alientos
de una última huella de calma
reclamada
oh dios
pequeño estigma
del temor humano
quien enciende la inicial cosmogonía
de tanto olvido
te saluda
al verte tan mortal como al instante
que desprecio en este despertar
62
estás en la ausencia
igual a un estallido
en cada fragmento
de lo que se ha roto
estás en la gota de rocío
en el aire de una huella y su travesía
estás donde dios naufraga sus ensayos
donde no acude la existencia
y todo se derrama
río de barro sin mareas
estás en la sangre de las clepsidras
en el escaramujo del tiempo
estás en el ojo
de un amanecer sin horizonte
en la pausa de la eternidad
sucedes en el llanto de la risa
en el eco de un silencio de sueños
que al despertar
sólo ve los huesos de la imagen
y estás en la lluvia
del sol en estas noches
donde no terminan los finales
63
este cansancio vacío
este silencio oscuro de sangre
sin latidos
estas huellas sin pasos
este amanecer dormido
esta partícula de nada
este fragmentarse del todo
esta imagen sin espejo
este minotauro sin laberinto
este teatro de encrucijadas
estos ecos de los eclipses
esta memoria del mirar
esta luz ensombrecida
esta ausencia
no sólo mía
esta presencia incompleta
este poema
esta pausa de las horas
esta eternidad sin horizonte
buscándose
64
ya no hay regresos
todo es eternidad
final
eclipsa la luz
de los sueños
65
era un dios herido
esperando la marea
que calme sus naufragios
66
en el refugio de este instante
todo es universo
el olvido de la memoria y sus redes
sólo son cartas
de un juego que arrasó la marea
lo mejor que encontré se volvió lo peor
y atrapado en este laberinto
confronto las elecciones de mi libertad
la soledad no debería ser
ni batalla ni herida
espacio para la desolación
perro carnicero de los latidos
este refugio no me preserva de mi
67
Los ángeles llueven
En sangre y alas
Sobre el mar del instante
Derrumbando la ciudad
De la extranjera mente
Dormida
La serpiente
Pujando nubes
Dueña del poder de los jardines
Entreteje cristales
Donde habrá de verse
El minotauro
Desnudo de cielos
68
nos desangran el aire
se visten con nuestros alientos
espíritus invernales
69
escribir un libro en la playa
que la marea lo lleve a naufragar
igual a un beso de arena
igual a la sed
de una mujer sin memoria
70
fue sólo un instante, dios abrevaba de mi mano
dictaba la luz de mis palabras, ronroneo de sentires
hasta una gota de rocío era la mar
y el estallido de la espuma? latido de cosmogonías
si, yo estuve ahí
71
mataron los caminos y aún así
las huellas se colmaron de alas
el ultimo suspiro de dios
puso a volar los pasos de las piedras
72
entre mis manos y tu cuerpo
todo lo que descreo
la influencia de la nada
el naufragio de los dioses
mi casa en llamas
y tu imagen arribando
desnuda
hasta mi dactilar mirada
sueño de mis manos infinitas
entre mis manos y tu cuerpo
el aire que me respiras
de los ojos
en la exacta latitud de los latidos
cuando un eclipse de arenas
extrae la sangre del tiempo
para devolverle a la cubierta del instante
su destino de enigma
encontrarte es universo
pronto a extinguirse
entre mis manos y tu cuerpo
el estallido del cosmos
73
Esta mujer ebria de universo
Divinidad concupiscente piano estelar
Muere en el amor de un instante
Su eternidad que le renace
Encrucijada del rocío y la espuma
Comunión de almas profanas
Celebramos el eco de la existencia
Hasta el abismo de sus ojos esmeraldas
En el horizonte de los sueños de la sed
Que confabula hasta la desnudez del latido
Vuelve a incendiarse en el surco del aire
Y la maza del instante que golpea, golpea,
Golpea…
74
se ahoga el muelle de la espera
reclama la arena el espejo de las manos
infinitas miradas dactilares
desnudan estallidos de eternidad
somos la marea el abismo celebrado
el eco de un sueño
poema de ojos abiertos
leyéndote
mirada
75
hemos perdido el sueño de las ventanas
el milagro de las sonrisas al borde de alas ígneas
leones de fuego surcando la infinita sombra de los peces
la mañana abandonó su intermitencia de auroras
embrujando el simétrico canto de las tonales palabras
hemos perdido el silencio furtivo de las manos
el incesante encuentro de horizontes eternales
la piel de la lluvia el manto del aire
hasta quedarnos acariciando el fulgor del abismo
76
miro crecer la noche
o la desando
es un reto la sed
el tren de millones de palabras
la incandescente boca
al borde de los labios
de la copa
del horizonte cristal que nace
el verso
miro crecer la noche
la desando
altero auroras en las mesas
las sillas se pliegan
se arrodillan
comen de mi mano infinita
de plumajes
se arrastran buscan la salida
del fuego
un silencio de cenizas
que les proteja su pasado de puerto
de barco anclado
hundido
crece la noche hasta nacerse alas
la miro desandarse
llevarse puesta
en la terca luz de la imagen
parpadeante eclipse de miradas
que por temor a su muerte
transmuta en eco
del oscuro día inicial
creciente
que se desanda
77
hay noches
no digo esta
otras
donde regresan
los caminos
de la mano de un sueño
de un olvido
no digo que pasó
de mañana
como una huella
que espera
hay días claros
donde la noche
es una sombra
de luz
78
el laberinto
ya no tiene misterios
destejen las alas del cielo
espejos infernales
percepción de viceversas
todas las salidas se reducen
a la piel de un andén
un instante donde todas las puertas
son la misma puerta
79
ese horizonte que se desgarra
esa natural voz que clama por su herida
ese arco amante de la flecha libertaria
este beso sin domesticar
este instante de miradas abiertas
esta función del sol
este ojo alado
esta verdad sin sangrar
respirando el azar
este eclipse de besos
esta resurrección de demonios ahogados
que no alcanzan la memoria
de las raíces de las hojas
este insomnio del poema
este verso que espera sin saber esperar
el último recurso de la vida
la develada eternidad
80
los condenados de la eternidad
sólo pueden destrozar espejos
para continuar
los laberintos han muerto
de egocentrismo
los espejos se abren
capas de la existencia
la sed de las copas amanece desnuda
en las lenguas del latido
los dioses
vampiros de la lluvia
de la arena
invulnerables adictos del instante
tallan en los portales
de los sentires
una presentida pregunta
ese mar donde hemos encallado
protegidos por el aliento
de las estrellas
mientras los portales giran
en la calesita del cosmos
la resurrección nos ampara
81
lo difícil no es el fin
es aceptar
la pausa de la eternidad
confabulante de relojes compartidos
hasta otro instante
82
te recorre en voz alta mi mente / me sugiere cielos de ángeles caídos / sumergidos / en universos donde la razón se desrazona / y se corazona el corazón / desde el alma de los días / hasta la incierta noche del tiempo / donde las arenas de la eternidad / de pié sobre el límite del instante / confabulan desde la respiración de Dios / nacernos alas / olas trepadas al cosmos / en cada espasmo de la existencia / residente en ese beso infinito de sol / que te nombra / Amor
83
Sin el sentir de mi mente
Soy nada
Un silencio ahogado tras el velo
De la nocturnidad encendida
Soy la blanca arena
De los huesos
La sonrisa de las calaveras
Esa daga de la mirada
Sangrando entre las ruinas
De una tormenta de trenes
En la huella de una palabra
Que nadie espera
Borrado por la marea del fin
Del comienzo
En el andén de los instantes
Soy la exacta sombra de la luz
La cifra de los días y sus calendarios
De venas y ríos submarinos
Corriendo hasta los pies de los desiertos
Donde sangran la mar
Y sus estallidos de voces aladas al cielo
Hay olas oscuras que como sogas
Anudan los collares de las sirenas
Que no dejan de cantarle
Al paraíso perdido de Ulises
Sin la mente de mi sentir
Soy nada
84
en el ritual del día nocturno
cuando las estrellas colman la sed
de las copas invisibles de vacías
no alcanzan el cántaro del instante
y tanta soledad
mordiente de palabras y silencios
85
los instantes porosos
abiertos andenes fractales
del latido
de una mirada
colmando el respirar
de una caricia
desnudos aires que riegan
las huellas
donde es inicio el viaje
infinito
86
estoy ebrio o alguien rompió los instantes...
hoy no he comido
la sed de las copas
mordió latidos
las palabras
el verso comunicante
de silencios
soledades de oscuras olas
que no viajan
el desierto de las playas
son rutinas de la existencia
ámbar polimorfo de lo incierto
establecido arena
estigma de miradas aburridas
donde maldice mi verso
la contra-lectura de las horas
donde mis partes de frankestien
se regocijan
libres
derramándose en rotos instantes
87
saltan las letras silencios claros abiertos
aprendimos a barrer cenizas del alma
la sangre escribe su confesión
supimos escondernos detrás de cicatrices
los siglos han pasado y siguen siendo
miradas que afilan sus colmillos
voraces reclamantes
de una huella sin paso
un pedestal sanguíneo de barro
ríos de la humanidad
nunca pactamos con lo correcto esperado
fuimos bisectriz de horizontes
rastro de luz en los muros del llanto
oscura sensación de un instante muerto
supimos develar la trama de los dioses
saltando silencios de letras claras
de nada nos sirvió la poesía
el poema elástico del beso
los labios cada vez quedaban más lejanos
las manos infinitas se colmaron de desiertos
los oasis naufragaron de espejismos
el latido vacío de los árboles
cruzó señales y peces estelares
convocando relámpagos pactados
y nos colgamos a la lluvia de más arena destinada
sólo por esperar verle la máscara al designio
previsto
nos escapamos creando laberintos
construimos soles de cera
que supieron cumplir con lo esperado
derretirse ante el aleteo de nuestras pesadillas
el sueño del mundo temblante de abrigo en sus temores
una luna crisálida encantada en la coral piel de las serpientes
que se dejó ir mientras en nuestra piedad
nos llamamos eclipses
por un cantar heráldico nos rompimos hasta el abandono
de ser una vez más hasta la próxima eternidad
y amantes del sacrificio
el fin escribió incendios de ojos abiertos
su humana sed se vierte en la efímera virtud de los sentires
88
ese piano de estrellas / esa sombra sobre tu nombre/ ese sentir que se derrama/ esa luz que nombra al instante/ esos ojos de horizontes/ ese Dios arrodillado/ esa tormenta/esa lluvia de los instantes/ este latido/ esta memoria de las horas/ ese parpadeo del sol/ ese abismo de tu ausencia/ este poema/ este silencio que sabe por qué
89
es desmedido el vacío de mi ausencia/ sobra la luz para incendiar la noche/ los abismos tienen un pacto ígneo con los desiertos del alma/ y la mente no lamenta la fragmentación de los latidos/ el azar no es última apuesta que recompense la existencia/ deberíamos ser algo más que un juego de dados/ y sin embargo Dios/ nos confabula/ y conjetura en nuestras huellas su sueño
90
miro mis manos vacías
silencio colmado de versos
tanto mundo inasible
afuera
al otro lado de mis latidos
orillas donde el destino se confunde
entre mareas de horizontes
eclipses de sueños que no despiertan
al amanecer
cuando bailan las tormentas
la sed del vino
los instantes
donde mueren los andenes
olas que muerden la arena
hemos aprendido del viento
las fatigas de la próxima huella
los abiertos desiertos de cenizas
y aún así el poema se queda vacío
en el escenario de tus miradas
91
ese invierno en tus ojos
cenizas del madrigal
supo ver sonreír
la primavera
92
disparan
las palabras ven
voraces de sed
sus flechas
ojos ciegos buscan ser
detonación
93
poema a mi mismo, a todo lo que es, y a vos… siempre
la misma mirada en extranjeros ojos
he estado en los infinitos efectos del verso
en cada humanidad de la palabra
muerta antes de nacer para ser ante tus ojos
he estado entre las venas del poema
he sido color y coral de los sentires
me has visto disparando rebeldías
y rezando ante el ombligo de tu ego
hemos salido a pactar con las auroras
amaneceres distantes un sol ebrio
nos hemos demorado en la marea de los nacimientos
alguna vez escribí un verso que ya olvidé
para tener la excusa cierta de volver a escribirlo
desde otro andén sin tantos trenes huyentes
hemos estado en la existencia
y por el desprecio viciado de hartazgos
esos universos del instante
donde el cosmos se arrodilla ante la propia
divinidad que le ha creado
incendié mis huellas
hasta quedarme sin regresos
en mis cenizas alas del viento
me fui a recorrerme
durante la travesía arribamos a ítaca
lo demás es naufragio del espejo
94
me desperté habiéndome olvidado de no dormirme, busqué entre las sabanas ese papel que olvidaste quemar, y me mirabas… ventanas abiertas en ciclo cósmico, teatral obra de un parpadeo…
quise crearte poema, sin más pretexto que el por que si, por el día de la noche, por la noche que llorando en una gran luna espera vestirse de sol.
(los dos sabemos que en el lado oscuro de la luna duerme el sol)
y sabemos que suponemos saber que esos infinitos ojos de Dios, en Uno, son como una misma voz que habla de todos, un mismo lenguaje de cenizas, quiero decir estrellas, cosmogonías donde espera la eternidad su tiempo.
después, me senté a escribir este mirar… te busqué en el ojo de un diamante, eclipse de oasis perfectos, trama divina de espejismos… develado en tu lectura
95
la mano tiembla al latir de la pluma, escribe
el cielo que renunciado no es más cielo
ni menos es mi ausencia
hoy me quedo donde respiran los peces alados
los ángeles no se encuentran en espejos
96
a mis amigos
por haber llorado antes esta risa
la noche catarata de copas ebrias
derrama su sed de risas y encrucijadas
hasta dejarse ver instante de eternidades
ciclos de alegría divina que nos confabula
hermandad manifiesta
donde llora el diablo y baila dios
97
mediodía
tiempos de elevar nuestra sombra
caminar bajo el pendular hilo del sol
hasta desbordar el horizonte
98
qué hace la niña?
a qué está jugando?
que si sueña se aburre, y si juega
se asusta
a qué está jugando la niña?
99
teatro de lo cotidiano
donde la sombra más oscura
se cree espejo del sol
100
ya no es mía
no digo nuestra
esta ciudad
sin límites
donde no se reconoce
el instante
ni las calles
han perdido la memoria
aquellas casas
esos edificios dorados
huesos de hierro
en cenizas
sobre el eco de las noches
donde fundamos
universo el poema
la palabra
que nos arrojó
desde el alma al ser
en la sed de un grial
esta ciudad la nueva
siete veces y más que troya
muerta sin guerras
sin glorias ni tormentos
se derrama en las heridas
crece sal se sumerge
desierto sembrado en espejismos
sólo queda una habitación
la noche
del otro lado de las ventanas
espera el horizonte de la ciudad
de los sueños
esta ciudad sucede
101
otra noche
sus ecos de silencios clamantes
sólo el calor que abandonó la lluvia sin llegar
también ese gran ojo abierto de la ventana
que aburrida de tanto cielo
me mira
sospecho también se aburre de mi
que la cruzo sin palabras
si pudiera hablar
sin lograr volverme loco
me reprocharía años de mutuas sombras
soles de los diarios
rotas presunciones de hojas como horizontes
esa misma mar de naufragios
se repetirá?
sería su pregunta única
antes que la noche se vierta lluvia
sobre nuestras miradas
y un silencio de la tierra en cenizas
nos reclame sin saber si habremos
de volver
102
el espejo abre los ojos
dormir es una muerte lenta
presume que la noche es
parpadeo de soles
detrás del horizonte la marea
un estallido fénico
la suave cornisa del instante
débil caricia
donde se cae la lluvia
las raíces de tu mirar
procrean laberintos
encrucijadas donde el instante
abre los ojos
me ves sobre los aleros del silencio
te miro llover siendo horizonte
103
tus manos son huellas
hechizadas
abiertas a la estelar sinfonía coral
de un latido
al respirar acarician
el sueño despierto de las aves
la desnuda piel de los instantes
tus ojos infinitos
eternos
igual al palpitar de un silencio
alertan al epigrama del poema
se permiten ser
mirada
aliento de la imagen
donde abrevan los peces
mareas insomnes de arenas
tus manos nos miran
olas ahogadas de sed
donde se contempla el universo
104
entre las manos de la noche
y la espalda del día
la pausa
lo corpóreo
el tiempo de un latir
lo eterno desnudado abismo
donde incendia el vientre material
dimensionales puertas
de la insomne pupila del instante
la sangre de tu voz procrea
el cosmos que nos ha de habitar
105
con que desprecio transcurre el tiempo
mediocre latir de la eternidad
encendidas alas de crepúsculos
que anochecen
nuestros nombres mirándose
en las charcas donde nos encontramos
esperando
en la marea de los olvidos la luz
es silencio señalado en la mirada
106
me paso mil horas
en el centro de las noches
hasta que amanece un instante que me colma
y sucede
el poema
es entonces cuando el verso
donde me miro
mirándome es ojo de dios
sin tormentas
es
en ciertas encrucijadas del laberinto se te extraña
la tormenta demorada en las ventanas
y este viento que sin lluvia
llueve
trae la exacta luz de un respiro
un suspiro en medio del cosmos
y te escribo
igual al demonio de los días
como un dios arrodillado ante la creación de un latido
me demoro
instantes
observaciones de la palabra
poemas que mi voz escribe
la noche persigue latidos del amanecer
cada palabra del sol es
un verbo
universo en mis brazos
tu mirada
107
no digo hoy
que aún no ha llegado
aún menos mañana
ni ayer
sólo verbos del tiempo
sólo digo un instante
un estallido eterno
en el horizonte del verso
la mirada
exacta poesía de tus labios
tu alegría
108
ella llegará una noche
desnuda de ella misma
amante belleza divina
esencia del universo
ella poesía ella silencio
marea de sentires
horizonte infinito ella
trama del instante
109
alguna noche sabrás que esa carcajada
es una calavera
el aire que te rodea
casas muertas dimensionales
la luz un sueño dormido
aliento de tus amaneceres
abrirás los ojos sólo para no verte
creerás en papeles petrificados
en los huesos de los muebles
en la estructura arqueológica del humo
querrás correr y no habrá suelo
te habrán deglutido todos los límites
la boca de los vacíos
es el revés del cielo
un día la calavera no sonreirá
110
esta soledad sin anclas
sin alas
esta soledad marea
sin tristezas sin alegrías
complementarias catedrales
en el horizonte del ser
silencio clamante
esta soledad designada
compás
de absoluta perfección
esta soledad de magnitud
material
ángulo de cantidad y esencia
fuerza antitética
embarazo de la musa
poesía mirante templo de la creación
111
esta existencia sin fraguas
nos abre horizontes
donde la soledad se desola
hasta aceptar sombras ajenas
y las huellas resistentes
residentes muerden los pasos
el camino
la exacta cúspide del fulgor
112
de este lado del barro
pierde lo sagrado su hoguera
de ser
hasta las clepsidras
presumen ser sol
113
no me había dado cuenta
hasta tu regreso
todo lo que te había extrañado
114
a veces exageras dios
tanta belleza
al borde de los sentires
observador silente
parpadea en tu mirada
lo creado
¿cuál es tu vanidad?
el silencio de tus ojos?
subvertir el pensamiento humano?
tus heraldos? amantes del amor
exiliados
oscuras exageraciones
de tus enjambres
exageras
reconoces mi sonrisa
115
en un rincón del aire
entre los muros del agua y el fuego
se alza la copa de mi sed
respiración del mirar mío
de antiguos dioses
celebración
designio eterno voz
del poema
116
La noche clava estrellas
Lacerando silencios
Hasta otro instante
Donde abierta
La noche
Cierra la puerta de sus huellas
117
ese mar donde tiembla la arena/ esa marejada de tus ojos/ esa espera de la tormenta del sol/ esa herida del tiempo/ esas olas rotas contra la piel del instante/ ese silencio donde me llamas/ ese incendio de cenizas/ esa dormida pausa del silencio/ donde despierta el olvido/ donde crece el horizonte/ por abrazarte/ el pensar de tus sentires/ mientras te miro/ ciego/ ahogado en el mar/ y se queman pupilas nacientes
118
el milagro de los buitres es crear la sed/ los muertos se doblan peleando sonrisas/ donde se parte el pecho/ el paso en falso de las huellas que arañan la sangre/ el pan de los insomnes/ que leen espacios universales/ cuando la noche incendiada/ nos mira sin saber mirarla
119
enciendo un cigarrillo
me miro
y la jaula de la realidad estalla
no sabe contenerme
soy mitad del silencio
eco de un incendio
las cenizas de la arena
el ojo insomne de Dios
escaramujo de un latido
respirar es otra herida
120
esas manos estrelladas entre latidos/serán espejos de que mirada? / acaso la misma que me nombra cuando te sueño? / amante de ruinas del futuro/ eclipse de cenizas, ardientes/ mientras el mundo al revés/aprende artilugios/ donde el universo sueña
121
en las cenizas del tiempo
la pausa de las huellas
cautelas de aire y fuego
122
no se extrañarte tanto, no corresponde, pero el espejo te llama, te nombra sobre cenizas de latidos, incendia latidos del aire, nombre de luz, guerra de instantes, confrontas con dios eternidades, silencios, nacientes de encrucijadas, abismos, respiración de ríos, amaneceres, sueños donde despierta la arena, la exacta huella de la soledad, incierta, igual resultado por las ruinas de la sed, cuando sin saber, extrañarte sucede diamante de sombras.
123
fue un destello
una sonrisa en el abismo
de la noche
en la eternidad
verdad de la belleza
fue un andén improvisado
en el cielo
sólo por instantes
reconocemos el ojo de Dios
los latidos de su alma
que desnuda su rostro
en una mujer de luz
y prosigue la exploración
el vacío del universo se amarra sombra
pero igual aprendimos a sostener una sonrisa
estuvimos ahí meciéndonos de claridad
124
dejo de hacer todas las preguntas
asumo respuestas infinitas
los ojos aprendieron el lenguaje
de los sentires y se quedaron sin ver
la mirada fue un espacioso asombro
hasta volverse hastío
irreducible sombra de tantos
laberintos sin muros
este cansancio de ser sin tu presencia
no soy dueño de lo que digo
se lleva mi voz la poesía
sucedemos del lado ciego de los amaneceres
avivando ígneas noches concebidas
de arenas eternales
125
aunque el ciclo de los días
suceda eternidad de noches expectantes
de abismos y extrañarte sea estrategia
de mis instantes y las calles ríos de este llanto
he cruzado el horizonte
regresar no es una opción
126
me hubiese asegurado aprender inglés
luego algún otro idioma
incluido el castellano español sin conquistas
que ironía es anárquica la voz del poema
recordar los Griegos iniciales desde mi memoria Zen
no su traducción de la filosofía
la extensión derramada de dioses familiares
me hubiese gustado llegar a Islandia (sin porqué)
conocer a Paracelso, recordar la sonrisa
de Merlín, y otra vez las calles de Londres
no nací en América del Sur, no creo deba disculparme
aún hoy hay más de una guillotina por cada instante
he muerto en labios diagonales, eco de ciudades troyanas,
en los puertos sin nacer de África, en los mil y un laberintos
donde se dejó ver la eternidad en un desvelo
pero me persiguen Leteos, sombras ávidas de luz
iguales a pasos náufragos donde escriben sus huellas
los sueños atribulados de la utopía
hubiese ensayado más el teatro de los sentires
de saber que tan pronto se quedaría sin sangre mi alma
quiero decir
nacer caminos inesperados, desandar antiguas huellas
y regresar al mismo latido, polvo ardiente que aprendió mi nombre
ser otra vez chispa necesaria del coro universal
sin esta conciencia, que no consiente adulterarse
Ítaca no me abandona, también soy mis renuncias
en nada cambio con los resultados
127
un cuerpo desnudo
una mascara que no cae
un teatro de sentires
un eterno silencio
una pausa
final que se persigue
se alcanza
128
entre dos espejos de idénticos sueños
la imagen sin confrontarse se observa
espera de ángeles y demonios un pacto
que la batalla no resulte infinita herida voraz
pero la muerte equivalente sucede en sacrificio
igual a un río de arena o una chispa del desierto
entre los dedos de la eternidad
donde uno en el espejo del viento y su laberinto
destroza sueños que regresan
atroces en realidad y apariencia
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